«¿Es que los mutis no conocéis la primera regla de la entrada ilegal?«
Quienes, como yo, hayáis vivido aquella primera época de fervor por el manga y el anime que recorrió España a principios de este siglo (jo*er, ¡qué viejo me he sentido al escribir esto!) tendréis muy presente el término ‘rellenuto‘, que es como se conoció a todas aquellas tandas de capítulos que no llevaban a ningún lado dentro de la serie animada de Naruto (Masashi Kishimoto, 1999) y que se estrenaron en pantalla para poder dar tiempo a que el mangaka siguiera sacando capítulos de la obra original sin tener que parar la producción de episodios de anime mientras tanto. El caso con esa serie fue apoteósico, pero por la misma época Bleach u One Piece ya hacían cosas muy similares y, poniendo nuestra vista en occidente, multitud de series televisivas se iban por los cerros de Úbeda con tal de no progresar en una trama que podría cerrar el argumento de una producción que estaba dando mucho dinero (¿alguien ha dicho Lost?). Al final, todos estos rellenos y capítulos innecesarios (o innecesariamente largos) han terminado contribuyendo no a alargar la vida útil de la serie de marras, sino a que la gente termina olvidándola con el tiempo.
Los mismo le ocurre a Patrulla-X: Antes de la Caída #2 – Primer Ataque Mutante. Mientras que el primer número de esta miniserie al menos trataba de cerrar Legión de X y avanzaba en la dirección correcta y al ritmo adecuado, esta segunda entrega nos ofrece algo que hemos leído, en el mejor de los casos, un centenar de veces y que no trata de aportar nada nuevo salvo el hecho de que Orchis está controlando el relato de los medios de comunicación a través de campañas cada vez más agresivas. Quede como constancia de lo que aporta este cómic que yo podría cerrar ahora mismo la reseña y ya habría dicho todo lo que se puede contar sobre la grapa que ha puesto en nuestras librerías Panini.
«Milford habla en favor de Krakoa… pero nadie escucha«
Este es un cómic que habría funcionado perfectamente como entrega del Día del Cómic Gratis (nadie se quejaría de algo que se lleva a casa sin pagar), con los mutantes enfundados en sus disfraces de médicos de la Cruz Roja y lanzándose a proteger y reparar todo en un pueblo que ha sido atacado en su nombre para poder así mancharlo de cara a la decenas de veces mencionada Caída de X. Y… poco más. Los mutantes llegan a un pueblo destrozado, hacen cosas de héroes (como secretar helado o aprenderse canciones locales) durante la mayor parte del cómic y luego llega Orchis (que es quien había sumido al pueblo en la desesperación) y manipula lo que llega al gran público para que la opinión general del pueblo sea la de: ‘los mutantes son peligrosos». Exactamente lo que ya habríamos venido diciendo sobre otras series de la galaxia mutante.
Lo he dicho en otras ocasiones y lo repito: si hay algo más peligroso que resultar aburrido y de mala calidad, eso es que uno de tus cómics resulte irrelevante. Steve Orlando deja caer un cómic que podría ser olvidado mañana para no contarnos absolutamente nada que no supiéramos ya.
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