«Cuéntale al mundo qué ha pasado aquí«
La relativa libertad con la que cuenta El Fin del Mañana debido a su carácter de «evitable» la está llevando a convertirse en una historia mucho más interesante de lo que esperábamos en un principio y una de las colecciones más a tener en cuenta de la DC actual. Hay dos cosas que molan mucho de esta colección: la primera, como cuando uno salta a ver películas como Mad Max: Fury Road, es que se dan por sabidas cosas que nunca se han contado, obligando al lector a recomponer un pasado abstracto a base de imaginación y piezas sueltas. La segunda es que juega con elemento de un futuro que puede no llegar a ocurrir nunca, por lo tanto es fácil matar a tal o cual personaje o narrar el origen de este o aquel héroe o villano sin que tal acontecimiento tenga que darse por canónico, pero permitiendo a los editores comprobar la recepción de los mismos de cara a una posible futura integración.
Ejemplos de esto último los tenemos a paletadas (sin ir más lejos ahí tenemos a la divertidísima nueva Firestorm), pero para lo anterior hay que ser un poco más minucioso y fijarse en detalles a veces obvios, como la cicatriz de Amatista (que queda explicada en estos tomos), y a veces un tanto más ocultos, como la vestimenta de Zatanna en las escasas dos viñetas en las que aparece y que veremos si queda explicada en la serie de Liga de la Justicia Oscura o, por el contrario, nos quedamos con las ganas.
«¿Quieres que sea tu madre? Pues vale. Pero con mis condiciones«
En el anterior número dejamos a la isla Cadmus bajo asedio tras el desembarco de los Outsiders de Green Arrow, por un lado, Lois Lane, por otro, y con Fifty Sue y sus rehe… amigos huyendo de Hermano Ojo y el traidor Deathstroke. En esta terna de tomos recuperamos la batalla donde la dejamos para avanzar centímetro a centímetro al futuro que el Batman de McGinnis pretendía evitar. Además, la nueva Firestorm tendrá que lidiar con el villano en que se ha convertido el doctor Yamakaze y con su automática y casi forzosa pertenencia a la Liga de la Justicia y Superman y Stormwatch se acercarán, cada uno desde un extremo al campo de batalla en que está a punto de convertirse la isla de Manhattan.
¿A que da la impresión de que las cosas se han ido de madre muy rápido? Pues es peor de lo que parece, porque el verdadero acelerón se pega en El Fin del Mañana #10. Antes tenemos maravillas como la fantasía de Fifty Sue por una familia de verdad llevada al límite y… cristalizada por una increíble Lana Lang. Lo cierto es que este cómic reivindica como pocos el papel de la mujer en las viñetas. La todopoderosa niña creada por Cadmus es «domada» por una mujer sin poderes, pero con gran capacidad para entender los sentimientos de un ser dado de lado y utilizado por todos. Por su lado, Madison Payne es capaz de poner en su sitio a héroes de la talla de Shazam y villanos prácticamente intocables a base de fría lógica y mucha comprensión. Parece como si los autores implicados en estas historias hicieran un breve acto de ‘mea culpa’ y dejasen claro que, en el mundo real, solucionan más problemas las palabras que los puños y los rayos ópticos.
«¡Superman está vivo!«
Lo más sorprendente es, sin duda, que una serie tan dramática como esta esté tan llena de momentos cómicos, que sea tan proclive a abandonar el tono pesimista para soltar aquí y allá algún chiste que rebaje el tono. Los Batmans, Superman, Tim Drake… hay muchos personajes que tienen una importancia capital en el desarrollo de esta historia, pero son Plastique, Sue, Grifter… quienes nos hacen querer seguir leyendo las páginas de esta colección. Su humor y sus pequeñas victorias los hacen ser más cercanos a nosotros que los grandes héroes de la editorial y es muy probable que sin ellos esta historia no valiera nada.
Confieso que mi primer acercamiento a El Fin del Mañana fue más bien escéptico, pero la serie ha demostrado saber funcionar de manera totalmente independiente al resto del universo DC pese a beber de la situación actual de éste y de muchas de las tramas que se irán desarrollando en los meses venideros en cada una de sus cabeceras. Brian Azzarello, Jeff Lemire, Dan Jurgens y Keith Giffen han creado una serie que se puede leer si no sabes nada de la DC de hoy en día, pero que invita a conocer a muchos de los personajes por los que nadie daría un duro. Ya sólo queda un número, veremos cómo se desarrolla.
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