Laberintos

Laberintos: Perdido y solo

Laberintos«Tengo demasiado miedo para ser otra cosa«

 

Creo que no me equivoco si afirmo que Jeff Lemire se encuentra entre los diez mejores autores de cómic actuales. Es posible que quede entre los cinco primeros si limitamos la comparativa a los norteamericanos. Trillium, Sweet Tooth, El Soldador Submarino, su etapa al frente de Ojo de Halcón, la del Viejo Logan, la de Green Arrow, la de Bloodshot… Es un autor que cualquier editorial se rifaría (acabo de nombrar obras en Marvel, DC y Valiant que valen su peso en oro), pero que ha sacado al mercado verdaderas obras de arte cuando se ha puesto manos a la obra en solitario con ese dibujo tan peculiar que le caracteriza (Trillium quedó nominada a los Eisner y Sweet Tooth cuenta con una adaptación a imagen real en Netflix con bastante buena acogida). Ahora Lemire vuelve con Laberintos y nos hace acompañar a William, un solitario hombre de mediana edad en Toronto que no es capaz de superar la muerte de su hija años atrás.

 

Con un leve toque de ciencia ficción (o de fantasía más bien), Lemire embarca a Will en una búsqueda a través del laberinto de callejuelas de su ciudad de una voz que le llama hacia el centro del mismo y que él identifica como la de su difunta hija. La historia, la aventura más bien, es una mera excusa para poner frente a nosotros a un hombre consumido por la depresión que se encuentra bloqueado en un momento de su pasado. Y ante ello nos pone el esfuerzo de este mismo hombre por alzar la cabeza de nuevo y volver a comenzar con su vida, aun a costa de dejar atrás el pasado, perdonarse a sí mismo y ser capaz de aceptar y procesar lo que la vida es capaz de llegar a hacernos.

 

«¿Cuándo es demasiado tarde para volver al principio?«

 

Laberintos tiene, como otras obras de Lemire, un sabor agridulce. Comienza con la amargura infinita de un personaje que no cree ser capa de perder nada más en esta vida porque todo lo que apreciaba lo acabó viendo partir. Desde ahí, y por medio de un laberinto que mezcla lo real con lo imaginado, lo soñado y lo recordado, lanza a nuestro ‘héroe’ en una búsqueda que es más de sí miso que de la persona que tanto ansía encontrar. Lo hermoso de Laberintos es, precisamente, ese mensaje de esperanza más allá de lo gris del paisaje que nos invita a volver a levantarnos una y otra vez para seguir intentando hacer de nuestras vidas algo que sea fruto de nuestras decisiones y no consecuencia de nuestras vivencias.

 

Laberintos

Laberintos

 

Laberintos habla de la paternidad, de la soledad, de la impronta indeleble que dejan los hijos en sus padres, de la pérdida y de la necesidad, sobre todas las cosas, de procesar la misma y de ser capaces de ver más allá de ella. Sin minusvalorar el dolor que ésta produce, pero sin convertirnos en víctimas indefensas de sus punzadas en nuestro corazón. No es éste un cómic de buen humor y grandes chistes, pero es una lectura muy necesaria para todos cuantos hemos perdido y necesitamos que alguien nos empuje a transitar por nuestro propio laberinto en busca de su salida y nuestro nuevo comenzar.

 

Planeta Cómic edita esta novela gráfica con todo lujo en cartoné y la acompaña de bocetos y explicaciones del autor acerca de su proceso creativo. Una gozada por un precio (treinta euros) que no se aleja demasiado de lo que suelen costar cómics como éste.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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