El Soldador Submarino

El Soldador Submarino: Gracias Jeff

El Soldador Submarino«¿Te he contado lo del viejo reloj de bolsillo que me regaló mi padre?«

 

Hay veces en las que uno encuentra un punto de conexión con una historia y ésta se convierte en algo más de lo que era cuando abandonó la mente de su autor. Se convierte en un vínculo entre el lector y el artista, entre los personajes de la ficción y los de la vida real que, aunque invisible, está ahí. Y convierte a la obra en algo especial sólo por el hecho mismo de existir. Algo así me ha pasado tras leer El Soldador Submarino, de Jeff Lemire. A este guionista ya le tengo en mi particular Olimpo de los cómics por sus contribuciones tanto a los  universos comiqueros de Marvel como de DC y por obras como la extraordinaria Trillium, con ese dibujo que ahora sé tan suyo y con ese gusto por la ciencia ficción y lo sobrenatural que hace de sus historias algo tan especial.

 

Pero, como digo, con El Soldador Submarino, Lemire ha logrado una suerte de conexión que no había experimentado antes. No os aburriré con detalles de mi vida, pero sí que me entenderéis cuando os diga que hay momentos en los que a uno la vida le pasa por encima como si ésta se tratase de una ola inesperada, de esas que nos cogen desprevenidos y nos arrastran hasta la playa, en medio de una nube de arena, guijarros y algas a medio descomponer que se nos quedan pegadas a la piel cuando logramos ponernos de pie, desorientados y perdidos. Hay momentos así y en esos momentos la tentación de hui es fuerte. La tentación de aislarnos, de dejarnos llevar por la marea y flotar en soledad bajo la tenue luz del atardecer, lejos de todo y todos. Sin problemas que solucionar, sin estímulos que soportar. Solos. Silencio y nada más.

 

«Unos días duran unas pocas horas. Otros se alargan tanto que parecen una semana«

 

Así nos presenta Lemire a Jack, el protagonista de este surrealista relato. Como un soldador trabajando para una plataforma petrolífera que busca huir del estrés, de las decisiones y de las complicaciones de la vida sumergiéndose para trabajar, tan solo rodeado por el agua y la oscuridad. Allí, a decenas de metros de profundidad, nuestro protagonista ve algo. Algo que une su presente con su pasado y su futuro. Algo que reaviva en él una obsesión que no podrá apagar hasta que no conecte todas las piezas y descubra la verdad. Una verdad que, sólo si llega a tiempo, le permitirá conocerse mejor a sí mismo y a quienes vivieron antes que él, para que (con este conocimiento) esté preparado parea afrontar los desafíos del futuro.

 

El Soldador Submarino

El Soldador Submarino

 

Me ha alucinado este cómic. Tanto que su reseña (no demasiado larga la verdad) me ha llevado apenas quince minutos de redacción enfermiza y desatada. Pero es que a veces uno siente una conexión mágica con un cómic, un enlace similar a esos tubos por los que le llega el oxígeno a Jack, que conectan la ficción que se oculta en lo profundo de las aguas con la dura y fría realidad del mundo de la superficie. El Soldador Submarino nos anima a volver a sacar la cabeza por encima de las olas. A respirar el aire cargado de salitre y vida de la costa. Y a enfrentarnos a los fantasmas del pasado y a los retos del futuro con la calma de quienes ya hemos sobrevivido a un par o cientos de tormentas en alta mar.

Acerca de RJ Prous

Avatar de RJ Prous

En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados