«Supongo que nuestros pedazos rotos se unen para formar una especie de familia«

Cuando comenzamos leer aquí y allá los títulos de las series X Vidas de Lobezno y X Muertes de Lobezno, lo primero que pensamos fue en una nueva revisión de la historia y los orígenes del mutante de las garras de adamántium. Sin embargo, nos encontramos que la Marvel mutante que emerge de los sucesos de Inferno tiene su directa continuación en dos series que hacen las veces de Dinastía de X y Potencias de X para una nueva etapa, sin Jonathan Hickman al frente, pero con el destino de los hombres y mujeres X en muy buenas manos (al menos de momento). Así, entre las dos miniseries se teje una historia que nos va a preparar para la etapa de Destino de X que está al llegar, pero con dos tramas bien distintas que justifican las dos cabeceras (aunque Panini haya decidido que en España todo se publique bajo la numeración de la serie de Lobezno y con unos números correlativos que nos dejen bien claro el orden de lectura).

X Vidas de Lobezno es la colección que nos va a llevar, en tres números, a lo largo y ancho de las muchas vidas que ha vivido el canadiense más famoso de la Casa de las Ideas. El argumento, en el que nos sumergimos desde la primera página sin apenas introducción ni anestesia, gira sin embargo en torno a la vida de Charles Xavier, que deberá ser protegida por Logan a lo largo de la historia al más puro estilo de Días de Futuro Pasado. Todo viene de, mucho tardaba ya, una de las geniales ideas que ha ido teniendo Bestia desde que se hizo con las riendas de la CIA mutante en que se ha convertido X-Force. En serio os lo digo, si al final de esta macro-saga que viene siendo la historia de los mutantes desde la llegada de Hickman, Hank McCoy no acaba descuartizado en una cuneta será porque hay poca o ninguna justicia entre los mutantes, que tienen entre uno de sus protectores (y antaño héroe) a uno de sus peores antagonistas.

«Nunca he tenido que temer la muerte. Quizá sea hora de que eso cambie«

X Muertes de Lobezno, por su parte, nos sorprende desde su primera página continuando allí donde lo dejara Hickman en Inferno. La trama de esta segunda serie no se centra en el personaje que le da título, sino en la Moira desprovista de poderes (y de brazo) que nos dejó la apocalíptica serie-evento que terminó el mes pasado. Contemplamos en este primer número la huida de la amiga / enemiga de los mutantes del destino que le está buscando Mística y las múltiples complicaciones que va a encontrar por el camino. Su muerte, o no, al final de todo este embrollo puede definir cómo va a ser el futuro de los mutantes a partir de ahora, pero me surge la duda de si, teniendo en cuenta que es mutante y su ADN y recuerdos han de estar a buen recaudo en Krakoa, no sería posible que pasara por los protocolos de resurrección para recuperar sus extraordinarios poderes. Intuyo que este tema también deberá ser tratado (si no se ha mencionado ya en alguna de las decenas de series que hemos leído hasta ahora) si no queremos incurrir en un interesante agujero de guión que a buen seguro más de uno habrá identificado.

X Muertes de Lobezno #2 (#121)

En resumen: tenemos dos nuevas cabeceras bajo la numeración de la serie de Lobezno. La primera analiza consecuencias directas de los hechos que Benjamin Percy ha venido contando en las páginas de X-Force, mientras que en la segunda el propio Percy continúa allá donde lo dejara Hickman con Inferno. Entre las dos se sienten como un colofón para toda la etapa que comenzó hace ya tres años y que ha elevado a las series mutantes al lugar que nunca debieron abandonar dentro de la editorial norteamericana de cómics (ya está tardando Disney en cocinar su regreso al UCM) y dejan bastante claro que toda la galaxia mutante ha quedado en manos de gente que lo hará mejor o peor, pero que tiene claro que se ha de respetar el extraordinario trabajo que ha hecho Hickman por devolverles la dignidad a las series de mutantes.