Green Arrow de Brad Meltzer

Green Arrow de Brad Meltzer: El amigo del porno

Green Arrow de Brad Meltzer«Es difícil no distinguir tu propia letra«

 

El amigo del porno, o el porno-amigo.

 

Atento porque el concepto se las trae: El amigo del porno es ése que, el mismo día de tu entierro, se cuela en tu casa, va a tu habitación (o similar) y busca bajo esa tabla suelta o encima de ese armario -o simplemente en esa carpeta hábilmente oculta entre los archivos del sistema del ordenador- para recuperar toda tu colección secreta de pornografía y destruirla antes de que cualquiera de tus allegados la descubra cuando se pongan a recoger tus cosas. Eso es, tu porno-amigo es el único y verdadero protector de tu recuerdo en las vidas de tus seres queridos. Es el amigo que se enfrenta a tus peores perversiones para que otros no tengan que hacerlo y te recuerden como ese adorable chaval de sonrosadas mejillas y mirada limpia.

 

Es un pedazo de amigo.

 

Brad Meltzer heredó la serie de Green Arrow de las manos de Kevin Smith tras una de las mejores etapas para el arquero esmeralda. Todo un encargo. Y de inmediato quiso ser el responsable de una saga que sirviera para hacer crecer y madurar al personaje, pero, ¿cómo hacerlo? Fue entonces cuando, hablando con un colega, salió el concepto de marras y Meltzer, que (como tú y yo) no tenía ni idea de esta práctica, se dio cuenta de que esa era una idea cojonuda (perdona la palabrota) y de que tenía que aplicarla al mundo de los superhéroes.

 

«¡He luchado cuatro veces contra Batman! ¡Y empatamos!«

 

Y es que si hay alguien en toda la historia de la ficción que ha necesitado un amigo del porno esos son los héroes de los cómics. Piénsalo: Un día Peter Parker estira la pata y, tras el funeral y el entierro la tía May va a su cuarto con cualquier fin, a recordar viejos tiempos o a hacer hueco para los nuevos… O, peor aún, la tía May se muda a un lugar más cálido que Nueva York y menos repleto de monstruos y perturbados y los nuevos inquilinos de la casa de los Parker, al hacer limpieza, se encuentran de pronto con el spider-traje, los lanzarredes y un par de spider-calzoncillos limpios y resistentes. Caben dos posibilidades, que Peter fuera el Spiderman gordo de la Plaza Mayor o que fuera el auténtico trepamuros. Y como la Gran Manzana pilla un poco lejos de la calle Carretas…

 

Green Arrow de Brad Meltzer

El Green Arrow de Brad Meltzer, dibujado por Phil Hester

 

¡Pam! De pronto, unos desconocidos saben que uno de los Parker (adivina cuál) es Spiderman y que May, Mary Jane y el resto podrían (o no) saberlo también. Esa información es oro y es peligrosísima. Si tú fueras Peter Parker, ¿dejarías que cualquier desconocido se llevara tus spider-calconcillos? Y, ya más en serio, ¿pondrías en peligro la vida de tus seres queridos de esa forma? Creo que ahora te das cuenta de la genial idea que se le ocurrió a Meltzer para su etapa al frente de la serie del arquero de DC. Green Arrow murió, sí, pero como hombre precavido que era, Oliver Queen dispuso que un ‘porno-amigo’ destruyera todas las pruebas que vincularan a Oliver con Arrow para que nadie, ni sus amigos ni sus aliados, se viera afectado por su muerte.

 

«Sólo quería saber qué tal estabas«

 

Pero ahora Queen ha vuelto a la vida. Y se ha dado cuenta de que algunas de sus pertenencias nunca llegaron a ser destruidas del todo. Este cómic trata de la búsqueda de dichos artefactos por parte de Green Arrow y Arsenal (el antiguo Speedy). Es, a la vez, una saga simpática llena de humor y un viaje a las profundidades del alma torturada de Oliver, que sigue teniendo que lidiar con su dolorosa vuelta a la vida, con el hecho de que el mundo haya seguido girando en su ausencia y con una paternidad para la que no se siente preparado. Los ingredientes de Kevin Smith siguen ahí, pero Meltzer sigue cocinándolos para que, muchos números después, sigan sin perder ni un ápice del buen gusto que tenían desde un principio.

 

Green Arrow de Brad Meltzer

Green Arrow de Brad Meltzer

 

Nos encontramos frente a un cómic que no se avergüenza de mirar al pasado, a las Edades de Oro y Plata del cómic norteamericano, para traer de allí todo lo bueno y lo puro que debería conservarse. Meltzer tuvo una grandiosa idea y la plasmó en una saga que sirve de perfecto epílogo a lo que Smith nos contó en su maravillosa etapa. ECC, además, acompaña a este tomo de sendas reflexiones del propio autor y del siempre estupendo Greg Rucka (Gotham Central) y de una estupenda galería de bocetos y anotaciones sobre el guión destinados al deleite de los más fanáticos, todo ello por menos de veinte eurillos.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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