«Vivimos en las alcantarillas. Nos conocemos cada palmo de estos pasajes subterráneos«
¡Teenage Mutant Ninja Turtles! ¡Teenage Mutante Ninja Turtles! Si, como yo, os criasteis a caballo entre los años 80 y los 90, seguro que en algún momento escuchasteis (o cantasteis entregados sin apenas entender la letra) esta canción (que ahora descubro que compuso Chuck Lorre, la mente tras Dos Hombres y Medio y The Big Bang Theory). Entre 1987 y 1996 (¡diez temporadas!) se produjo en Norteamérica la serie animada en la que cuatro tortugas envueltas en un pringue mutagénico adquirían rasgos humanoides y eran educadas y entrenadas como ninjas por un japonés exiliado en Nueva York que se convertía en rata por acción y efecto del mismo misterioso pringue. Más tarde, los cuatro quelonios tendrían sus propias películas al más puro estilo noventero, regresarían a la televisión por obra y gracia de Nickelodeon y aún tendrían tiempo de volver al cine (más o menos) de la mano de Michael Bay y sus petardos.
Para quienes nunca lo conocimos, visitar por vez primera el cómic de 1984 con el que comenzó toda esta locura reptil es una auténtica experiencia. Primero porque nos olvidamos de los códigos de colores, de la pizza y del azúcar propio de las ficciones televisivas para críos y adolescentes. Y segundo porque también hemos de apartar a un lado gran parte de los chascarrillos y sustituirlos por cantidades ingentes de violencia en las oscuras calles de una gran ciudad, en el coliseo de un lejano planeta, en las oficinas de unos siniestros laboratorios o allá donde Kevin Eastman y Peter Laird quisieran llevarse a sus personajes.
«¡Mi cuerpo humano estaba muerto y reducido a cenizas!«
Porque las referencias para esta pareja de creativos eran claras: Frank Miller en primer lugar, Jack Kirby a continuación y todas las situaciones guays o sorprendentes que hubieran ido recogiendo aquí y allá a continuación. Las Tortugas Ninja: La Serie Original tiene un fuerte aroma a producto amateur en sus orígenes que ahora recopila ECC en una serie que se anuncia como cuatrimestral. Un aroma muy cercano al de esos fanfics que leíamos en cualquier salón del cómic hace un año y pico, cuando juntarnos un par de centenares de personas en un centro de congresos mal ventilado nos parecía una idea sensacional. Pero luego, a medida que la idea alegre se transforma en proyecto y conforme el proyecto se va transformando en algo serio que terminaría por dar de comer a sus autores, los dibujos se van refinando y las tramas se van complicando. Lo que no desaparecen son las grandes peleas de pocos contra muchos… y la violencia como medio de expresión para estos simpáticos vecinos del piso de abajo de la ciudad de Nueva York.
He de admitir que la edición de ECC me ha impresionado. Con respecto a lo último que conocíamos de las Tortugas originales en cómic en España, la edición de Norma de 2006, la serie se ha ganado una tapa dura y -y esto es lo más importante- un comentario de los autores al final de cada capítulo que nos explica no sólo el contexto de sus vidas y sus ideas tras cada uno de sus cómics, sino los conceptos presentes en cada una de las páginas, las referencias, las anécdotas y mucho más. Todo esto convierte a esta colección en una auténtica joya para los nostálgicos de los quelonios ochenteros y una ventana al pasado para aquellos que se hayan enganchado bien a la serie actual de IDW o a cualquiera de las versiones de la pequeña o la gran pantalla que nos llegan a través de la miríada de plataformas que han ido naciendo a lo largo del último lustro.
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