My Hero Academia #25

My Hero Academia #25: Sombras tenebrosas

My Hero Academia #25«Entonces, una sensación de placer inmenso recorrió todo mi cuerpo«

 

Que en My Hero Academia no se andaban con chiquitas con la muerte o con algunas escenas un tanto truculentas ya me había quedado claro cuando se nos dejó ver el estado de las heridas con las que carga All Might o al final del arco argumental de Overhaul y la yakuza. Sin embargo, es en My Hero Academia #25 cuando de verdad he sentido que Kohei Horikoshi se ha empleado a fondo en dejarnos con mal cuerpo a los lectores. Justo ahora. Justo cuando habíamos logrado empatizar siquiera un poco con los villanos al verlos enfrentarse al poder establecido, a la corrupción establecida. Es justo antes del golpe final que decidirá quién gana y quién pierde entre Re-Destro y Shigaraki, cuando el mangaka decide volver al pasado del villano y mostrarnos, por fin, el momento en el que se quedó solo en el mundo. Y lo que nos muestra es mucho peor de lo que pensamos y ello perfila mucho mejor a un personaje al que he de confesar que comencé sin comprender demasiado y que ahora se me antoja como bastante más profundo y complejo.

 

De hecho, aprovechando que en Netflix han subido las dos primeras temporadas del anime con un doblaje para echarse a llorar, pero con subtítulos para los que no nos importa ponerlo en japonés y leer, entre la salida del tomo #24 y la publicación de éste me he visto en modo maratón todo lo que se ha animado de esta serie (la cuarta temporada está, de momento, en Crunchyroll). Al hacer esto, he podido revisitar partes clave de la serie y me he podido fijar mejor en la evolución de los personajes. He visto como Bakugo iba derivando poco a poco en un ‘Sasuke‘ hasta que se pelea con Deku y el secreto de éste último sale a la luz, momento en el que pasa a convertirse en un ‘Vegeta‘. Y me he sorprendido al darme cuenta de que quien más progresa y evoluciona en My Hero Academia no es su protagonista, ni ninguno de sus amigos o aliados, sino su principal antagonista y todo su equipo de villanos.

 

«Ahora se trata de recorrer un camino más profundo hacia la liberación«

 

Mientras que Midoriya sigue una progresión clásica dentro del mundo del shonen (pelea – nueva técnica – arco de entrenamiento), Shigaraki y sus compañeros aprenden a través de sus propios fracasos. No logran una importante victoria en el último momento gracias al uso de una nueva técnica que les arregle el día, sino que es el estar siempre entre la espada y la pared lo que les obliga a librarse de sus fantasmas, arriesgarse a probar nuevas estrategias e ir definiendo no sólo sus estilos de lucha, sino (mucho más importante) el porqué de su enfrentamiento con el mundo. Es asombroso, porque el Shigaraki de los primeros volúmenes de este manga apenas sí sabía por qué quería batallar con All Might y daba la impresión de ser más un capricho de adolescente que otra cosa. Por el contrario, el líder tenebroso que se alza en este tomo es un villano con todas las de la ley, un amante del caos y la destrucción que ya no siente miedo a ser rechazado por sus pulsiones ni trata de reprimir sus impulsos. A su lado, ahora, All For One parece poco más que una reliquia del pasado. El auténtico peligro para la nueva era heroica de este universo es él, sin ninguna duda.

 

My Hero Academia #25

My Hero Academia #25

 

Él y todos los aliados que se le unen a raíz de cómo termina su pelea con el poderoso empresario y líder del Ejército de Liberación de Superpoderes. My Hero Academia entra a partir de este volumen en una nueva dimensión y mete una marcha más para ello. Puede que lo que reste de tomo os sepa algo descafeinado, pero es un pequeño precio que hay que pagar para dar tiempo al manga para que se prepare para lo que va a caerle en un futuro próximo (se habla de cuatro meses del manga, ya veremos si da para una nueva saga de entrenamiento para Midoriya y sus amigos).

 

My Hero Academia #25 ha resultado ser el tomo más oscuro de toda la colección, pero también uno con los que más he disfrutado.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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