«¿Has probado a vivir dentro de un horno?«
Llega a nuestras manos una dupla muy loca de tomos de My Hero Academia. El primero de ellos completamente dedicado a continuar con la saga que ya comenzara en My Hero Academia #21 y el segundo dándole fin y lanzándose a una nueva que pinta muy interesante. Pero los dos centrados en la muy necesaria tarea de mejorar los poderes, perdón los dones, de héroes y villanos de cara a los futuros enfrentamientos entre ambos que, inevitablemente, han de llegar. A Kohei Horikoshi perecen encantarle estas sagas de peleas de entrenamiento en las que nadie sale herido. O puede, simplemente, que haya ido creando una galería de personajes tan descompensada, que unos serían capaz de matarse mutuamente mientras que los otros estarían desde hace tiempo condenados al ostracismo (o peor aún, a convertirse en daños colaterales) de no ser por tramas como las del festival cultural o este examen que nos ha llevado casi tres tomos solventar.
Con todo, me resultan muy entretenidas sagas como la de esta prueba del A contra el B en la Yûei. Me recuerdan horrores al examen para convertirse en ninja que ocupaba un buen puñado de tomos en la serie de Naruto y que se fue para mi prácticamente de lo mejor que leí en aquella colección. En las sagas que continúan una historia uno depende de la destreza del autor para contarnos algo que nos atrape o no. Y también somos presa de nuestros gustos y nuestras preferencias argumentales. Pero en este tipo de tramas es donde conocemos más profundamente no ya simplemente a los protagonistas, sino a todo el ecosistema de personajes que los rodean e, inconscientemente, los definen. Gente como Mineta u Ojiro apenas tendrán peso en una batalla contra los villanos, pero ayudan a entender las relaciones de amistad, respeto y rivalidad de gente como Midoriya o Bakugô. Es decir, aportan profundidad a la trama que el autor de turno pretenda contar.
«¡¡Parece el sueño de un niño pequeño!!«
Y además es muy divertido ver a personajes muy distintos trabajando en equipo para ganar las competiciones de ‘pilla pilla’ que los profesores han propuesto. Con esta saga Horikoshi se obliga a sí mismo a planear ataques, fintas y contraataques con personajes que apenas han salido en el manga y esto, cómo no, obliga a los más protagonistas (los antes mencionados, Todoroki, Iida…) a subir de nivel. Lo cual es particularmente interesante en el caso de Deku. A nuestro protagonista lo vimos sumergirse en un mundo de negrura tiempo atrás y no fue hasta el tomo anterior que descubrimos que allí destacaban las figuras de los anteriores usuarios del One For All. En esta ocasión, por fin, tenemos la ocasión de descubrir un poco más acerca del lugar al que viaja Midoriya y del objetivo con el que lo hace. Y esto hace que su nivel de poder no sólo aumente, sino que esté preparado para sorprendernos ahora y en el futuro.
Cierra My Hero Academia #23 con el final de esta prueba y con un viaje al lugar en el que se esconde la Alianza de los Villanos que, en horas bajas tras la detención de All For One, necesita también de su propia saga de entrenamiento para demostrarnos que la próxima vez que se encuentren con los héroes serán mucho más poderosos y temibles que en la actualidad. Para tal fin, el mangaka crea un nuevo y temible villano que trate de barrera a estos advenedizos para sus propios fines. El argumento es el mismo que cuando enfrentó a estos personajes con la yakuza, pero aquí hablamos de gente no sólo con poderes, sino con influencia y posición. Y con la capacidad real de reducir a este grupo a cenizas… a no ser de que cuenten con un enorme as bajo la manga.
Pase lo que pase, el siguiente tomo de la colección pinta muy interesante. Porque habrá de cerrar esta trama sobre los villanos y porque, a no ser que Horikoshi de un nuevo rodeo, deberá regresar a la historia principal de una vez por todas. Pero con todos sus personajes en un nuevo punto de partida.
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