«Ya de por sí nos vierten dudas sobre si este lugar viola los derechos humanos«

Ha pasado algún tiempo desde que escribimos por última vez sobre My Hero Academia en esta revista. Sin embargo, el tono, el impacto y la importancia de la batalla que se ha venido desarrollando en los tomos que van del veintiséis al treinta (y que apenas comenzábamos a introducir allá por octubre del año pasado) ha sido tal que el manga se ha visto obligado a extenderse por cinco tomos en la reyerta entre los héroes y el Frente de Liberación Paranormal. El resultado, como ya viéramos en el tomo que precede al de este mes, es una victoria para el bando de la ley y del orden que, sin embargo, vemos en My Hero Academia #31 como se traduce en un caos creciente y en un Japón que va deslizándose poco a poco hacia una situación terrible y peligrosa.

Kohei Horikoshi lleva preparando el terreno para este cambio de rumbo en su serie casi desde su primer tomo. Desde sus comienzos, en la serie de My Hero Academia se vierten dudas sobre la eficacia de una sociedad de personas superpoderosas apenas aplacadas por un sistema legal que distingue a héroes de villanos y que ha fijado la pax romana de sus calles en la figura de un héroe carismático y de poder inconmensurable. La paz a través del miedo al castigo y el orden a través de una sibilina represión de todo lo que se aparta de la norma. La aparición de Stain y la manera en que éste influenció en los objetivos de la Liga de Villanos comienzan a dibujar las primeras sombras en la aparente feliz y colorida nación que se nos presentaba en el primer número. Numerosas revelaciones posteriores, como los matrimonios por dones o la existencia de la prisión de El Tártaro (sobre la que versa la frase que inicia este artículo), arrojan aún más sombras sobre este sistema.

«¡Esta situación no se arregla diciendo que todo es verdad y pidiendo perdón!«

Y así ocurre, que cuando los héroes, para poder derrotar a la gran formación del Frente de Liberación Paranormal, han de realizar enormes sacrificios y la batalla que a esto le sigue se cobra cientos de vidas inocentes, la realidad que acampaba bajo la superficie de esta inestable paz emerge para mostrarnos un Japón que rápidamente da la espalda a sus héroes y comienza a mirarse al ombligo. Ciudadano a ciudadano. Decía con My Hero Academia #25 que era el tomo más oscuro que había leído de la colección hasta la fecha y lo cierto es que la entrega de este mes lo supera con creces. El trabajo de décadas realizado por All Might, Endeavor y otros tantos queda reducido a la nada a lo largo de este número y ello lleva a muchos héroes a colgar la capa y a muchos ciudadanos de a pie a tratar de protegerse por sus propios medios, convirtiendo al país de oriente en una sociedad en la que va a imperar cada vez más la ley del más fuerte.

My Hero Academia #31

Por tenebroso que parezca, My Hero Academia #31 no hace sino reflejar y amplificar el principal problema de la sociedad actual en el mundo que existe más allá de las viñetas. Las catástrofes naturales y sociales (pandemia, volcanes, guerra…) se van sucediendo en la tercera década del siglo XXI y el ser humano sólo parece saber mirarse al ombligo cada vez más. Los héroes, que existen y son más de los que creemos, no tienen más remedio que actuar en las sombras, alejados de un foco empeñado en juzgar cada uno de sus errores sin tener en cuenta sus sacrificios ni todo el bien que aportan a la humanidad.