«No pienso tolerar ese lenguaje en este lugar«

¡Maldito seas Donny Cates! Justo cuando estaba planteándome si me merecía la pena estar al día con tantas series y planeaba sacrificar alguna de las que Planeta publica cada vez que el cometa Halley pasa por Albacete cae en mis manos el segundo volumen de Babyteeth y me veo obligado a mandar al carajo mis estrategias lectoras. Porque el guionista que me ha fascinado con sus trabajos para la Casa de las Ideas (aunque últimamente lo notaba algo más descafeinado) lo ha vuelto hacer con esta serie, que sigue la línea argumental por donde se quedó al final del primer tomo, pero da tal giro al finalizar éste que mucho me temo que en su tercer número (ya ala venta, pronto os hablaré de él) nos vamos a encontrar con un cómic completamente diferente.

Y es que las señales de este cambio las podemos ver repartidas a lo largo de todo este número. Unos aliados que dan bastante yuyu, unos ‘buenos’ que parecen sacados de una peli de conspiraciones… Los detalles y los acontecimientos que rodean a los Ritter se van complicando tanto que al final de este volumen ya no tengo del todo claro hasta qué punto debo creerme la premisa inicial de la que parte la trama y el mismísimo título de la obra. Puede parecer una locura, pero es exageradamente divertido seguir las peripecias de Sadie, su hermana y su padre, por más que todo parezca indicar que ellos lo están pasando bastante mal.

«Lo que te diré ahora es el motivo por el que estoy grabando este vídeo«

De hecho, hasta la manera en que Cates nos cuenta lo que está pasando ayuda a que no nos volvamos locos ni necesitemos recuperar el primer volumen del baúl donde lo dejáramos allá por agosto de 2019, cuando vio la luz. Así da gusto. Máxime porque cuando nos lancemos a por Babyteeth #3 nos encontraremos con que el peso de la acción va a tener necesariamente que cambiar de pie y con que la propia narración (a no ser que Cates haga trampas) se verá afectada por este hecho. Dicho sin paños calientes: hasta ahora hemos leído acerca del pasado y con la tercera entrega nos lanzaremos de cabeza al presente y dejarán de ser seguras las pocas cosas que podíamos afirmar con rotundidad hasta el momento.

Babyteeth #2

Tiene Babyteeth un ritmo endiablado (menudo juego de palabras me ha salido…) y se lee sin casi darnos cuenta. Me asusta un poco el cambio que está por venir, pero la libertad con la que está escribiendo el autor y lo cómodo que se le nota con esta trama me tranquilizan. No estar atado a un universo comiquero ni tener que rendir cuentas más que con uno mismo tienen la virtud de hacer que los guionistas buenos nos regalen grandes cómics.