«Donde yo nací, la magia no se define por sus limitaciones. Es una cuestión de fe«
Liga de la Justicia: Sin justicia vendría a funcionar como una suerte de epílogo de Noches Oscuras: Metal y prólogo del relanzamientos de Liga de la Justicia (de la mano de Snyder) y sus variantes (como Liga de la Justicia Oscura, Los Terrifics o Liga de la Justicia: Odisea). Es un epílogo en el sentido de que son los acontecimientos ocurridos en aquella saga los que dan lugar a la amenaza a la que tienen que enfrentarse Superman y compañía en estas páginas. Y es un prólogo en cuanto a que es aquí donde descrubrimos, por ejemplo, por qué Wonder Woman forma equipo con algunas de las figuras mágicas del universo DC.
Sin justicia, sin embargo, funciona a la perfección como relato autónomo. La acción está concentrada en estas páginas y no es preciso recurrir a lecturas complementarias para compender el contexto en el que se desarrolla la historia. Obviamente siempre hay elementos que se nos pueden escapar si no estamos al tanto del día a día de los personajes pero, como sucede habitualmente con los eventos de Marvel Comics, la aventura está pensada para no granjear excesivas dificultades al lector casual; su pretensión es la de llegar al espectro de público más amplio posible y servir de punto de entrada al cosmos de Liga de la Justicia.
«La locura es relativa»
Esta pretensión se concreta en la dinámica del mismo argumento, que no da un respiro. Desde las primeras páginas los superhéroes ya están metidos en harina y la amenaza solo hace ir a más en cada capítulo en una frenética cuenta atrás que solo puede concluir de dos formas posibles: la victoria de la Liga de la Justicia o la desaparición de La Tierra. Hay, pues, una búsqueda constante por la espectacularidad. Quizás, por el número de personajes que hacen acto de presencia y por lo ambicioso de algunos de los conceptos presentados, habría sido deseable una mayor descompresión de la historia con uno o dos capítulos más, pero el doble objetivo de plasmar el espíritu de la Liga de la Justicia y ofrecer un blockbuster en términos comiqueros está superado (y con nota).
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