Si el volumen anterior ya tenía cierto aroma a despedida, Correr, el noveno y último tomo de la recopilación de Los 4 Fantásticos de Jonathan Hickman llevada a cabo por Panini Cómics, puede que incluso nos haga derramar alguna lagrimita. Y sin riesgo a exagerar lo digo ya: esta serie es lo mejor salido de la pluma del guionista norteamericano en Marvel Comics. Por encima de vengadores, guerras secretas o mutantes varios.

«Porque es lo que tienen las reglas. Que no existen«

Los 4 Fantásticos siempre han sido especiales. Representan el ilimitado potencial de nuestra imaginación y capacidad de asombro. Son capaces de saltar a la aventura sin paracaídas y de sacrificar sus propias vidas sin que la duda les haga mella. Aún en los momentos más bajos siguen movidos por la esperanza y son fieles los unos a los otros, se quieren y respetan más allá de los lazos de sangre; su fuerza radica en el corazón y en creer que no hay imposibles. No por nada son la «Primera Familia». Hickman lo comprendía y no se salió nunca de lo que define a los imaginautas. Arriesgó, jugó y retorció su universo, pero nunca se alejó de la esencia de los personajes creados por Jack Kirby y Stan Lee.

Los 4F son lo mejor ideado por Hickman en Marvel porque, sobre todas las cosas, le importaban y supo hacer que nos importaran. Más allá de aventuras locas o conflictos que pusieran al borde del precipicio la supervivencia de La Tierra misma, el foco siempre estaba en Sue, en Reed, Valeria, Ben… incluso en Muerte o El Mago. Los personajes eran la prioridad absoluta del guionista, que no dudaba en descomprimir una trama para dejar que sus protagonistas dejaran aflorar sus emociones o en dedicar todo un número a dar voz a un personaje secundario.

Bentley 23, Crystal y Ronan, Sangui, los refugiados del Neomundo… en este noveno volumen de la colección, finiquitados ya definitivamente todos los grandes arcos que han vehiculado la etapa, el escritor centra su atención en los personajes que le han ayudado a construir su relato y cuyas historias personales necesitaban de un merecido broche. En Correr (al igual que hiciera en Inerte), Hickman se dedica a recorrer su etapa para cerrar todas las trama que pudieran quedar abiertas, al tiempo que aprovecha para sembrar alguna semilla que pudiera (y lo hizo) servir para futuras empresas en otras colecciones. Ahí están las Secret Wars que, en el fondo, no son más (y es mucho) que un conflicto entre Muerte y Richards vestido de evento editorial y cuyo germen (premeditado o no) estaba en esta serie.

Cuando perdáis la fe en Marvel y el cómic de superhéroes (siempre hay etapas oscuras que nos gustaría olvidar) acudid a Los 4 Fantásticos de Jonathan Hickman y recordad porque estos personajes protagonizan «el mejro cómic del mundo».