«Voy a hablar con gente. Empezando por nuestra asesina«

Cuando DC le encargó a Gerard Way que se hiciera cargo de un nuevo sello que iba a llevar por nombre Young Animal, la idea era que el autor de The Umbrella Academy (y antiguo vocalista de My Chemical Romance) pusiera a trabajar su talento en una línea más adulta de la editorial que, además no estuviera constreñida por la continuidad de la línea principal ni por la temporalidad de los títulos que se han publicado tradicionalmente bajo el sello de Elseworlds. Young Animal iba a ser su patio de juegos y, con esta premisa, vieron la luz la nueva iteración de la Patrulla Condenada (que ECC trajo a nuestro país de una manera un tanto irregular entre 2017 y 2019) o la tremenda ida de pelota que supusieron Las Guerras Lácteas (también escritas por este autor). Este sello quedaría en suspenso en 2018 en Estados Unidos, pero tan sólo un año después volvería a la carga con más aventuras de la en aquel momento televisiva Doom Patrol y con la primera de las doce entregas que conformarían la colección que nos ocupa hoy, una de las nominadas al Eisner del año pasado en la categoría de Mejor Serie Limitada, nada menos.

Sector Lejano nos presenta a una nueva Green Lantern de la Tierra (¡¿otra más?!) que, sin embargo, es enviada a cumplir una misión más allá de los confines del universo bajo la jurisdicción del cuerpo de Lanterns. Esta misión lleva a la novata Sojourner «Jo» Mullein a visitar un sistema solar en el que existe un delicado equilibrio de poder entre tres razas inteligentes que se mantiene estable, al parecer, tras haber éstas llegado al acuerdo de eliminar genéticamente de sus habitantes la capacidad para sentir emociones. Es en este llamativo escenario en el que la Lantern se encuentra con el primer caso de asesinato en cinco siglos, la piedra de toque de una cadena de acontecimientos que irá dejando al descubierto las miserias de una sociedad mucho menos que perfecta que, sencillamente, ha ido escondiendo bajo la alfombra la oscuridad que rodea a la ausencia de emociones hasta que resulta imposible desviar la mirada del conflicto que está por estallar.

«Dios. Un planeta diferente y las mismas mierdas«

La guionista N. K. Jemisin venía de ganar por primera vez en la historia tres Premios Hugo (por La Quinta Estación, El Portal de los Obeliscos y El Cielo de Piedra) cuando fue contactada por Way para hacerse cargo de la historia que os contaba más arriba. Esta era la primera vez para la novelista en el mundo de los cómics, pero la semilla de la idea que le mostró el responsable de Young Animal bastó para que se lanzara de cabeza al proyecto, dejando en stand by todo lo que no estuviera relacionado con llevar a buen puerto la trama de Jo, los nah, los @at y los keh-Topli. El punto de partida no le era del todo ajeno a la autora (ya el la Trilogía de la Tierra Fragmentada podíamos leer acerca de varias etnias, castas y especies conviviendo en un super-continente), pero la ausencia de emociones es lo que hace que Sector Lejano se alce como una historia única y de necesaria lectura.

Sector Lejano

Jemisin nos habla de la ansia por sentir, que lleva a los habitantes de esta especie de utopía a experimentar con drogas que apagan su regulador de emociones, mientras desarrolla una novela noir en el espacio que poco a poco va mutando en un drama social en el que vemos a miembros de distintas clases sociales luchando por el statu quo, unos, o por la incertidumbre de un progreso que bien puede significar el acceso a la auténtica felicidad… o la destrucción total de toda una civilización. Todo esto mientras la guionista nos sumerge en un mundo rico y fascinante que da gusto explorar al tiempo que nos ofrece a una protagonista fantástica con la que es ridículamente fácil empatizar. Y es que la Lantern (poseedora de un anillo único y especial) daría para un artículo entero solo para ella y me parece una estupenda adición a la galería de personajes de DC. Mucho más real y cercana que Hal Jordan, una Lantern cuya voluntad reside en su capacidad para seguir intentando aportar su pequeño granito de arena a un mundo que parece empeñado en enterrar cada una de sus aportaciones bajo toneladas de corrupción, violencia y sinsentido.

En conjunto global tenemos una historia apasionante que bien podría valer para que DC se sacara la espina del terrible paso de los Green Lantern por la gran pantalla o para que Warner nos ofreciera al fin una serie que pudiera competir de tú a tú con la miríada de producciones que ha colocado Marvel en la plataforma de Disney+.