Jesús Alonso Iglesias

Jesús Alonso Iglesias (‘Spider-Man: Un nuevo universo’): «Lo bueno que ha tenido siempre Spiderman es que, lejos de ser un superhéroe clásico, es una persona»

Este 2018 Jesús Alonso Iglesias se ha convertido en uno de los dibujantes de moda en España. A las nominaciones a los premios Eisner y Harvey gracias a su trabajo en El fantasma de Gaudí (junto al incombustible El Torres), se ha sumado recientemente el estreno (y la nominación al Globo de Oro) de la película Spider-Man: Un nuevo universo, en la cual ha trabajado como diseñador de personajes. Con motivo del lanzamiento del filme de animación hemos quedado con él para charlar acerca de la experiencia de trabajar en un proyecto de estas características, los entresijos del mismo y, claro está, de sus sensaciones personales.

 

Jesús Alonso Iglesias

 

Pregunta: ¿Cuáles fueron tus primeras sensaciones después de ver la película?
Respuesta: Al principio me costó entrar en ella, porque piensas en todos los detalles que te ha adelantado el tráiler e intentas identificar cosas que has ido haciendo, hasta que desconectas y ya te dejas llevar por la película. La sensación con la que salí fue de estar viendo algo muy desbordante todo. Desde los efectos a cientos de detalles de la animación, estaba todo lo que más o menos había ido viendo del proceso, pero llevado a un extremo que no me imaginaba. Salí tan alucinado de lo que había visto y no me esperaba -y ya me esperaba mucho-, que tengo que volver a verla.

 

P: Estás acreditado en el equipo de diseño de personajes, pero ¿cuál ha sido la función que has realizado dentro de la película?
R: La función ha sido básciamente esa. Yo entré muy al principio de la producción y empezamos a abocetar las primeras líneas de los personajes -que iban por un estilo completamente distinto al que ha acabado siendo-, pero desde el principio iba con una libertad total. Eran casi todos los principales: Peter Parker, Miles, la tía May, tanto Mary Jane como Gwen…, pero sin nada fijado de antemano, tenía toda la libertad del mundo para improvisar, para buscar un estilo que me gustase a mí. Sobre todo los primeros meses mi trabajo fue acumular material investigando las posibilidades del dibujo, de estilo, personajes… como hacer una base de posibilidades que luego han ido creciendo con los distintos autores.

 

P: Entiendo que la plantilla de personajes ya estaba decidida de antemano, ¿verdad? Es decir, ya sabías con quiénes tenías que trabajar.
R: Sí, lo que pasa es que no los conocía a todos porque vivo un poco ajeno al mundo de los superhéroes. Sí conozco a los clásicos y conocía a Spider-Man Noir, por coincidencia con un personaje de uno de los primeros cómics que hice -Silhouette-, con el que tenía un cierto parecido. Pero no conocía a Spider-Ham y a Gwen la había visto, pero no tenía relación con ella… Con el problema añadido de que son referencias muy clásicas y que al mismo tiempo te piden que no lo abandones, pero que tampoco te ciñas a eso. Así que intentaba obviar y dejar de buscar muchas referencias para encontrarme un poco más libre. Además con los nervios de tener a un Peter Parker en las manos, y te dices «no puede ser que yo esté dibujando a Peter Parker a estas alturas«. Y con Miles tenía la referencia de Sara Pichelli, que me flipa, pero teníamos que ser distintos, estábamos intentando hacer otra cosa. Y dibujar un personaje negro… porque dibujar a gente de distinta raza con la sensibilidad que hay ahora, es un problemón. Tienes que ir con mucho cuidado de no caricaturizar en exceso, pero de no dejar de resaltar ciertos rasgos. Era una locura superalucinante.

 

Kimiko Glen, Hailee Steinfeld, John Mulaney, Shameik Moore, Jake Johnson y Nicolas Cage

 

P: En ese sentido, una de las máximas de los responsables de la película era esa búsqueda de la diversidad, llegar a un público mucho más amplio y representar a muchas etnias. El propio Miles a través de su origen puertorriqueño y afroamericano. Tenemos a Peni Parker que es asiático-americana…
R: Es cierto. Y eso es genial. Uno de los detalles que me enseñaron era que buscase referencias reales para hacer los personajes. Por lo general tiendes a tirar de las cuatro-cinco caras que más o menos controlas y siempre trabajas sobre esas. Pero en este caso, y para tener personajes muy bien definidos, era necesario buscar una referencia real de los personajes para que funcionaran en volumen y no fueran los típicos rasgos o las mismas caras de siempre. Y claro, tenías que buscar personajes con rasgos negros, con rasgos más especiales como los de Gwen, Miles tenía amigos haitianos, la madre es puertorriqueña, su amigo es coreano… te das cuenta de que son matices muy sutiles, pero que evidentemente la gente de esa raza los diferencia y tú te obligabas a diferenciarlos. Tenías un trabajo muy minucioso para captar esos detalles; pero sin complicarte, pues no deja de ser animación y todo el mundo sabe que «detalles y animación» siempre es un problema. Y bueno, es agradable verte dibujando personajes de distintas razas, porque cuando te metes con tus trabajos tiendes a obviarlos por una cuestión de rentalibilidad. Normalmente acabas dibujando el entorno en el que te mueves, gente europea, quizás algún afroamericano, salvo que sean historias muy clásicas no sueles dibujar orientales… y aquí era todo junto a la vez y con todas las posibilidades del mundo.

 

P: Y todo eso con la complejidad de esa directiva de Chris Miller y Phil Lloyd de que había que jugar y arriesgar todo lo posible.
R: Y empiezas así, ya desde un principio los límites eran muy poquitos. Podías jugar con trazos más pictóricos, con líneas que aparecen y desaparecen, colores, tramas, deformaciones, caricaturas… era como darle una bolsa de caramelos a un niño. Y sobre todo a alguien como yo, que tiene problemas para encontrar un estilo porque le gusta demasiado cambiar. Era como el paraíso. Pero al mismo tiempo era una responsabilidad porque dibujaba y dibujaba pero no sabía exactamente hacia donde tirar. Hasta muy avanzado el proyecto no tenía un feedback. Me iban diciendo «no, tú sigue dibujando, tú todo lo que se te ocurra lo dibujas». Y claro, a veces llegué a perderme y a repetirme porque ya no sabía por dónde tirar hasta que no te dan pistas. Pero bueno, está guay porque una vez vista la película te das cuenta que no era solo mi parte, sino que todo el mundo que estaba participando en ella estaba igual. Veía el trabajo de los fondistas, de los que diseñaban la ambientación… y aquello era un derroche de ruptura, de creatividad, de colores, de nuevas formas de hacer cosas… y me lo imaginaba todo eso combinado y alucinaba. Pero ha llegado un punto que supera con mucho lo que imaginaba que podía ser una película de animación.

 

P: Y una de las cosas más llamativas, sobre todo para el público comiquero, es como traslada el lenguaje de las viñetas a la pantalla, cómo se integran los bocadillos dentro de la peli…
R: Esa es una de las cosas que ya me sorprendió con el primer tráiler. Cuando más o menos me orientan por dónde va a ir la película, me enseñan bocetos, eso estaba incluido. Era todo super pop, con onomatopeyas, explosiones clásicas de cómic, había tramas… ya estaba la posiblidad. Y lo aproveché, pero nunca llegué a imaginarme que todo eso iba a aparecer en la película como lo hace. Que aparezcan viñetas, onomatopeyas que se mueven, que aparezcan bocadillos que se leen, que los personajes pasen de 3D a un 2D en determinadas secuencias, o que pares un fotograma  y lo que veas sea una ilustración, no un trabajo de animación, aparece un segundo y vuelve a la animación. Todo eso que tú lo piensas, pero no sabes que se puede llevar a cabo y hacerlo a este nivel. Y es una delicia verlo.

 

Spider-Man: Into the Spider-Verse

 

P: A diferencia de un proyecto personal o en el que trabajas mano a mano con el guionista, como pueden ser Los Dalton o El fantasma de Gaudí, donde ves toda la evolución del proceso, te intuyo que aquí ves poquitas cosas, imagino que hay cierta incertidumbre en el trabajo.
R: Claro, funciona así. Yo ya había estado trabajando en animación y conoces el proceso, sabes la cantidad de gente que hay involucrada, que desde que tú empiezas con el diseño y storys hasta que ves la animación pasan muchas cosas. Pasa por muchas manos. Y esto era lo mismo pero a lo bruto. Cada departamento está muy delimitado a un trabajo muy específico. Yo iba trabajando en diseño y tenía información solo de eso. Una vez que terminas de trabajar en un proyecto así tú pasas a una segunda fila y no puedes ver más. Es supersecreto siempre, no se filtra nada. Claro, todo esto es una intriga constante hasta que empiezas a ver los tráilers e imágenes sueltas que hacen llegar a la prensa. Se pasa mal, porque mi proceso es de los primeros, luego viene toda la animación y de ahí hasta el final tú no sabes nada de nada, no sabes qué va a pasar, como han quedado los personaje… Vives comiéndote las uñas, deseando ver algo (ríe) de cómo han combinado todo y cómo va a quedar. Y cuando lo empiezas a ver, alucinas.

 

P: Volviendo a los personajes, cuando ves a Spider-Ham, por ejemplo, ¿no piensas algo como «¿esto qué pinta aquí?»?
R: Antes de empezar me pasaron una lista con los personajes que tenía que diseñar y ya aparecía Spider-Ham. Aquello se iba enquistando un poco, porque la gente importante de la película no terminaban de ver claro como avanzar y decidieron hacer una lista de entregas que yo iba cumpliendo. Y una de ellas era Spider-Ham (ríe). Al principio  no lo conocía y alucinas porque no sabes qué pinta eso ahí. Lo que pasa es que al mismo tiempo me llegaban cosas, mi hijo -que está siempre muy interesado en esto y en youtube- sí lo conocía. Es un personaje que tiene tirón y me di cuenta de que los propios creadores apostaban mucho por él, porque es un poco el que rompe la seriedad de toda la película, el que va metiendo los chistes o los comentarios graciosos; el personaje da juego para todo esto. Y además rompe la animación normal. Cada personaje tiene un estilo de animación incorporado y este es el que recupera la animación clásica de los dibujos animados de golpes, tartazos,… es el personaje más caricaturesco. No llegué a dibujarlo mucho al principio, sobre todo lo desarrollé con algunas poses que me pedían. Me llegó más o menos construido porque tenían muy claro que el personaje tenía que ser lo más cartoon posible y era el punto gracioso. Y creo que es una buena apuesta para los chavales.

 

P: Al igual que Marvel o DC en imagen real -y que tanto les critica el fandom duro-, vosotros habéis respetado la esencia de cada personaje, pero creando nuevos caminos sobre los que trabajar.
R: Al principio el problema era proponer cosas muy nuevas sin perder de vista la esencia normal, porque evidentemente todo el mundo quería ver al Spiderman de siempre, al Doctor Octopus de siempre… los villanos tenían que ser los de siempre y los protagonistas también. Es interesante porque con el multiverso esta película te da la posibilidad de hacer todas las versiones que te apetezcan de Spiderman, porque existen y porque el juego que propone el guion y la historia te lo permiten sin perder el clásico, que es el que todo el mundo quiere ver.

Lo han hecho muy bien y han sabido sacar partido a los personajes para que cada uno encuentre con qué identificarse. Porque en esto son muy inteligentes, han hecho como las bandas de pop actuales, que cada uno de los componentes está reflejado en una personalidad de los adolescentes. Aquí pasa un poco igual. Las chicas tendrán un personaje con el que sentirse identificadas, los clásicos tienen al Peter Parker de siempre, Miles supone la incorporación de un personaje racial en el mundo de los superhéroes, que desde Pantera Negra la gente estaba loca por recibir, Spider-Ham es el personaje cómico con el que los chavales se van a volver locos buscando los muñecos, Spiderman Noir recupera un cine clásico con ese personaje muy sombrío que le hace gracia a los mayores porque lo reconocen de las películas en blanco y negro y los chavales lo verán como algo muy llamativo… Creo que es muy inteligente todo desarrollado para no perder la esencia y al mismo tiempo que unos se contagien de otros.

 

Spider-Man: Un nuevo universo

 

P: ¿Hay alguna versión de Spiderman que te hubiera gustado diseñar o alguna que te resulte interesante para dibujar?
R: Pues no lo sé, el que me resultó más original era SP//dr. A mí me llegó más o menos planteado, pero me hizo mucha gracia. El problema es que era indescifrable para moverlo porque soy muy malo para dibujar robots, y este era muy difícil de combinar porque tenía mil posibilidades de alterar piernas, brazos… es una bola que se puede mover por todas partes… era una locura. Y me hizo gracia porque además era de estilo manga, lo que ofrecía también más posibilidades de recursos que yo no suelo utilizar, pero me gusta verlos. Luego con Spiderman se nos fue un poco de las manos. Teníamos que hacer uno como entrado en años, muy dejado de la vida, mazacote, era como un luchador de lucha libre mexicano. Tiraba más a una línea Hellboy, de personaje mucho más compacto y ese tipo de caritcaturas a mí me gusta mucho. Pero al final elegimos otra versión, que creo al final que ha sido un aciert0 (ríe), quizás nos hubieran tirado piedras con la otra.

 

P: Hablemos de ese Peter Parker que vemos en la película. Es un tipo con una situación vital con la que muchos podemos identificarnos en un momento u otro.
R: Es que lo bueno que ha tenido siempre Spiderman y Peter Parker es que es un personaje que, lejos de ser un superhéroe clásico, es una persona… empieza como un adolescente con mil problemas de amor, depresiones, inseguridades,…  y creo que aquí lo explotan. Pero como adulto. No es lo mismo un adolescente que tiene sus problemas de amoríos, que una persona adulta que tiene sus problemas de relaciones personales y los que conllevan ser un superhéroe profesional (ríe), y que la vida no siempre te respeta ni te trata bien. Los superhéroes parece que no envejecen, ni se hacen mayores, ni les duele nada… pero aquí sí pasan este tipo de cosas. Y claro, quienes hemos crecido con el personaje nos identificamos porque quizás estamos un poco en ese momento de decir que la vida me está pasando por encima (ríe) y no sé como recuperar aquello. Pero al mismo tiempo sigue siendo Spiderman y sigue siendo un suphéroe, haber como lidia con todo esto a la vez. Pero una vez más es eso, un guionista como Phil Lord capaz de hacer chistes de casi todo, y hacerlos con gusto y actualizar los personajes.

 

P: Aunque no la dirijan, el estilo de Phil Lord y Chris Miller está muy presente.
R: Cuando vi La Lego película también aluciné. Es una película que me encanta. Primero porque soy un fan de Lego. En mi casa Lego lo tenemos como en un altar. Y luego por el derroche, verlo reflejado así, ver una película entera con muñecos de lego y con chistes constantes para distintos niveles de lectura, me alucinó. Entonces cuando me llega el proyecto y veo que Phil Lord y Chris Miller son los responsables fue tener algo muy grande entre las manos, porque me encantan. Y cuando lees el guion entiendes porqué están ahí. Lo que tiene esta película es que todo es una sorpresa. A mí me ha sorprendido y conocía mucho el tema. Te puedes esperar una calidad alucinante, pero supera con mucho todo lo que te esperas. Y a la historia le pasa igual. Tú sabes las posibildiades que tiene Spiderman, pero le dan giro más, aportan la genialidad que tienen, lo hacen tan bien que toda la gente con la que he hablado y ha visto la película no se ha aburrido, aunque haga tiempo que no hayan visto una película de animación o no sea su género favorito. Consiguen combinar chistes para niños con momentos de adolescentes que los padres lo entienden de una forma, los adolescentes lo verán de otra, con escenas de acción, y luego rompiendo el ritmo… la película tiene la calidad de manejar el timing para que en ningún momento te despistes ni te aburras.

 

Spider-Man: Un nuevo universo

 

P: Comentabas que estás alejado de los superhéoes. Después de trabajar en la película… ¿ha cambiado tu percepción sobre los superhérpes o sigues igual?
R: Sigo un poco ahí. Lo que pasa es que ahora entre los Teen Titans, Spiderman, los Vengadores y demás, mi hijo ahora está descubriéndolos y está encantado, con lo cual vuelves a reencontrarte un poco a través de él. Pero no es el tipo de lectura que me llama la atención. Como dibujante sí, porque además tengo muchos compañeros y amigos que están trabajando allí y me alucina la capacidad y la calidad de los dibujos, pero a nivel de historias hace tiempo que desconecté y me cuesta mucho volver a conectar. Películas como estas recuperan un poco el contacto con los tebeos porque te descubren nuevas posibilidades de los personajes y eso está muy bien. De ahí a que vuelva a coleccionar superhéroes, no lo sé. Lo veo difícil. Por espacio, por tiempo (ríe) y es que aún así ya estoy muy lejos de aquello.

 

P: A nivel personal 2018 ha sido un gran año. Además del estreno y la nominación de la película al Globo de Oro, tú has sido nominado tanto al Harvey como al Eisner.
R: Sí, la verdad es que no me puedo quejar. Ya estar en la lista de los Eisner me supone un sueño, haber estado trabajando en esta película era un sueño, pero ver a lo que está llegando me parece aún más sueño del que no quiero despertar. También en los Harvey, o los premios de Madrid como mejor dibujante nacional. O sea, no me puedo quejar. Hombre, puedo quejarme de que al final no he conseguido ninguno de los premios, pero me da igual porque estar en todas las listas me da una alegría enorme. Y la sensación de que la gente te reconoce y ve tu trabajo, aunque tú estés metido en tu rinconcillo trabajando y piensas que nadie te sigue. Es cierto que estoy traspasando una serie de fronteras que hace dos años eran inimaginables y desde El fantasma de Gaudí el proceso ha sido exponencial, y yo encantado. Ahora a ver si soy capaz de mantenerlo, si hay suerte y consigo conectar con más, o por lo menos seguir defendiendo esto.

 

P: ¿Estos reconocimientos se traducen en trabajo y oporortunidades o todavía es pronto?
R: No. Reconozco que hay gente que te conoce más, porque al estar en este tipo de listas, cuando hablo y presento cosas la gente me conoce. Eso no significa -porque el mundo editorial es una especie de incertidumbre constante-, que aciertes siempre porque por estar en estas listas seas un valor seguro. El problema de esta profesión es que tienes que estar constantemente vendiéndote, defendiendo cosas y reafirmándote e intentar convencer a alguien de que mereces la pena. Pero no siempre los proyectos en los que puedes participar o son rentables o coinciden con el momento, o lo que sea. No sé si a partir de ahora con esta película algo pueda cambiar, no sé si mi carrera puede dar un giro y volver a la animación porque me vuelvan a llamar, que desde aquí digo que estaría encantado (ríe), no voy a negarlo. Pero bueno, sí es cierto que poco a poco más gente te conoce, y sobre todo en las redes sociales que te relacionen con todo esto se nota bastante. No sé a nivel laboral, pero bueno, espero que sí.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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