Black Panther

Black Panther: Poder y responsabilidad

Ya hace algún tiempo que los más críticos con Marvel y la disneyficación de sus películas vienen aregando a sus fieles sobre los males de las producciones de Kevin Feige, hasta el punto de casi convencer (lográndolo con los más incautos) del estancamiento de la llamada fórmula Marvel. Y aunque solo hay que ver Spider-Man: Homecoming o Thor: Ragnarok para desmontar su teoría, no es menos cierto que la Casa de las ideas últimamente tiende a sobreexplotar determinados cánones y que ante según que proyectos, donde no las tiene todas consigo, evita salirse del esquema que mejor le funciona más de lo imprescindible, como se pudo comprobar en Ant-Man o en Guardianes de la Galaxia vol. 2, sorprendentes a nivel visual, no tanto en el aspecto argumental.

 

Danai Gurira y Lupita Nyong'o

 

Con sus matices, Black Panther encaja en esta línea de actuación por parte de la compañía. Gracias a su buen hacer en Fruitvale Station y, sobre todo, en Creed (ambas con Michael B. Jordan como protagonista), la planta noble de Marvel Studios ha confiado en Ryan Coogler como director de orquesta, pero al que han atado en corto más de lo debido dando como resultado un título que desaprovecha buena parte de su potencial.

 

A Black Panther le sucede un poco –salvando las distancias– lo mismo que a la Thor original (la de Kenneth Branagh), tiene dos partes bien diferenciadas. La primera vendría a ser una suerte de «El Rey León conoce Wakanda» con elementos del James Bond más pulp, en la que abundan los vicios que una parte del público/crítica tanto echa en cara al UCM. La segunda, la más interesante, se presenta como una aventura de acción tremendamente reivindicativa que hace suyo el espíritu combativo de buena parte de la sociedad occidental ante los desmanes contra la igualdad y los derechos civiles de tipos como Donald Trump.

 

La película es muy colorida y apuesta por un sentido del humor que no encaja con el tono general de la propuesta y que predomina principalmente en la primera parte de la misma. De hecho, a medida que la trama avanza y Coogler va perfilando el tema central de la cinta esta comicidad termina por desaparecer. El montaje lima hasta donde puede un humor presumiblemente muy presente en guion. La participación de Michael P. Shawver (montador habitual de Coogler) apunta en esta dirección. Y a pesar del desequilibrio que transmite (esas dos partes diferenciadas que he comentado), se agradece esa «limpieza» para que pueda lucir la vocación abiertamente combativa a favor de las luchas feminista y de los afroamericanos que defienden Coogler y su película.

 

Michael B. Jordan y Chadwick Boseman

 

Respecto a los personajes, a diferencia de lo que hemos visto últimamente en Marvel (con honrosas excepciones como el Buitre de Michael Keaton), Coogler y su coguionista, Joe Robert Cole, han dado con la tecla en la escritura del villano. Killmonger no se define como un villano al uso (como sí podría ser el Klaue de Andy Serkis), sino que representa una visión del mundo que, ejecución de la misma al margen, puede ser asumida y justificada por cualquier espectador. En esencia, los objetivos de T’Challa y Killmonger no difieren. Sí las herramientas y técnicas llevadas a cabo para materializarlos, siendo el segundo mucho más expeditivo y aguerrido. Si pudieramos hacer la analogía sin caer en la frivolidad, T’Challa sería a Martin Luther King Jr. lo que Killmonger a Malcolm X o Huey P. Newton (uno de los fundadores del Partido Pantera Negra).

 

Y si Michael B. Jordan se come la pantalla en cada aparición, Chadwick Boseman refuerza la imagen de sosería que lleva contagiando desde que se vistió de Pantera Negra por primera vez en Capitán América: Civil War, limitándose a repetir gestos y poses. Danai Gurira y Letitia Wright se hacer valer como excelentes personajes de apoyo y nos queda la pena de no disfrutar lo suficiente de Lupita Nyong’o, sin duda la gran sorpresa de Black Panther. Actrices como Tessa Thompson, Zoe Saldana o Scarlett Johansson no ven nada mal la posibilidad de una película solo con heroinas Marvel. La Nakia de Nyong’o encajaría a la perfección con ellas.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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