Spider-Man: Un nuevo universo

Spider-Man. Un nuevo universo: Un multiverso de posibilidades

La nueva iteración del universo arácnido en la gran pantalla tiene mucho de la coletilla All-New All-Different que ha acompañado a los cómics Marvel en tiempos recientes. Como hiciera la editorial con la iniciativa Marvel Now! Spider-Man: Un nuevo universo busca explorar diferentes horizontes, cediendo el testigo a nuevas encarnaciones de los personajes de siempre y así buscar la identificación de nuevos públicos, pero siendo reconocibles en su esencia. La intención es actualizar personajes, escenarios e historias y apelar a nuevas generaciones.

 

Spider-Man: Into the Spider-Verse

 

Para llevar a cabo tal misión, Phil Lord y Christopher Miller (las mentes creativas detrás de La LEGO Película o de Infiltrados en clase) fueron directamente a la Spider-persona de moda: Miles Morales. Creado por Brian Michael Bendis y Sara Pichelli en 2011, este chico araña, que recibió sus poderes de una forma similar a la de Peter Parker, es de origen latino y afroamericano, lo que le posicionó pronto como voz de referencia para la generación naciente. Siete años después, asentado como uno de los pilares de la hornada actual de superhéroes, ha dado el salto a la gran pantalla. Con su elección, Miller y Lord no solo llamaban la atención del público, sino que conseguían evitarse el «¿otra película de Spiderman? ¿Cuántas llevan ya?» y que tanto pesó, principalmente, a la encarnación de Andrew Garfield. No en vano, con Tom Holland lanzando sus redes en el Universo Cinematográfico Marvel, Sony Pictures tampoco veía el sentido de pisarse el terreno a sí misma.

 

A pesar de narrar una historia nueva, escrita expresamente para el cine, Spider-Man: Un nuevo universo coge elementos de aquí y de allá para que todo resulte más o menos familiar al espectador. El que la película apueste desde el principio por el concepto del multiverso arácnido para dar cabida a las versiones más variopintas del vigilante, le abre un sin fin de posibilidades que explota de maravilla. Así, además de referencias a las más famosas encarnaciones del trepamuros (desde el de la serie animada de los años 60, a las cinematográficas o la del universo Ultimate), plantea un equipo de apoyo para Miles tan espectacular como imposible: Peter Porker (Spider-Ham), Peter Parker (Spiderman Noir), Penni Parker (SP//dr) y Gwen Stacy (Spider-Woman o Spider-Gwen), así como la que parece una versión madura y perdedora del Peter Parker de Sam Raimi. Spider-personas muy distintas entre sí y para todos los gustos, lo que además ofrece una interesantísima lectura para justificar porqué esta es la mejor película de Spiderman hasta la fecha.

 

Kimiko Glen, Hailee Steinfeld, John Mulaney, Shameik Moore, Jake Johnson y Nicolas Cage

 

En el centro de todo tenemos a Miles Morales, un adolescente con los problemas de cualquier chico y que de repente descubre que tiene un gran poder. Más o menos todos nos conocemos esa historia. Pero, a su alrededor, no están solo sus amigos y familia, sino todo un equipo de Spider-chicas y chicos que saben exactamente cómo se siente, qué es lo que le está pasando por la cabeza. En las viñetas, cada guionista que llega le imprime su tono y estilo al personaje y cuando los editores y las ventas lo permiten, puede desarrollar su historia durante años (por ejemplo, Bendis guionizó a Miles siete años, Dan Slott hizo propio con Peter Parker durante una década y Jason Latour ha trabajado con Gwen Stacy cerca de tres años). En el cine es muy difícil llegar a eso si no consigues un pelotazo como el Lobezno de Hugh Jackman o el Iron Man de Robert Downey Jr. ¿Cuál es la particularidad con la que ha contado este Spider-Man? La posibilidad de mirarse en un espejo. Mientras que Marc Webb presentó sin el éxito esperado una versión más taciturna y sombría de Parker y las injerencias de los despachos «mataron» la encarnación de Tobey Maguire, la producida por Lloyd y Miller permite a Miles Morales (y a Peter Parker) verse reflejado en multitud de universos, algunos muy similares y otros diametralmente opuestos. De forma que se exploran las emociones y circunstancias del personaje desde diferentes prismas a la vez, formando un retrato mucho más profundo y complejo del mismo y de lo que significa ser Spiderman.

 

Porque al final de eso es de lo que trata la película. No es solo el relato de un adolescente que se adentra en la edad adulta. Tampoco es únicamente una historia de segundas oportunidades y recuperar la confianza en sí mismo. Es, sobre todo, la constatación de que cualquiera puede llevar la máscara. Todo ello desde un espíritu de juego y de explorar las posibilidades que se palpa desde el propio guion. Spider-Man: Un nuevo universo es una aventura muy colorida y dinámica, llena de acción, que debe tanto a la noción del multiverso marvelita como a la locura de La LEGO Película. Explora tanto la comedia (ya sea a través del slapstick, como de la ironía de los diálogos y el juego con tópicos y situaciones cotidianas), como la emotividad del drama de forma eficaz y muy equilibrada.

 

Spider-Man: Into the Spider-Verse

 

En buena medida, que Spider-Man: Un nuevo universo sea un título de animación, ha permitido ese «forzar los límites». El trabajo de los animadores y artistas visuales es una declaración de intenciones en este sentido. Pocas veces hemos visto (y veremos) una traslación de los códigos del cómic tan auténtica (y funcional) como esta. Bocadillos de texto con los pensamientos del protagonista pasando por la pantalla, onomatopeyas que aparecen y desaparecen, pantallas que se dividen en viñetas como si de una página de tebeo se tratase… todos estos elementos acercan la imagen al lenguaje del cómic y potencian la idea de que cualquier cosa es posible. La película propone también algunas soluciones como el superponer planos diseñados digitalmente con planos dibujados y entintados a mano, o grabar a 12 fotogramas en lugar de los 24 habituales, para darle un acabado único, «all-new all-different». Barriendo para casa, la magia que desprende la cinta no habría sido posible sin la colaboración de profesionales patrios como Alberto Mielgo (su sello es reconocible en la imagineria de los escenarios) o Jesús Alonso Iglesias, uno de los miembros del equipo de diseño de personajes.

 

Spider-Man: Un nuevo universo nos da dos lecciones: una sobre cómo hacer cine de animación y otra sobre cómo llevar al trepamuros (y sus múltiples versiones) a la gran pantalla.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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