Dracarys. El grito que Daenerys les dice a sus dragones, en especial a Drogón, para que comience el festival de fuego y destrucción por parte de las mascotas de la madre de dragones, rompedora de cadenas, la que no arde… ¡Mhysa! Y con esa palabra es como se podría resumir el cuarto capítulo de la temporada. Botín de Guerra retoma la narración justo donde terminó el episodio anterior, da casi la sensación de que iban juntos, pero decidieron separarlos para no alargar el capítulo y tener uno más en la temporada. Pero la gran diferencia entre este capítulo, y el resto de lo que llevamos de temporada, es sin duda que ha puesto los pelos de punta con su final. Si los anteriores se habían caracterizado por ser una especie de juego de ajedrez, aquí todo ha empezado a tomar color. Color rojo fuego más concretamente. Y es que Botín de Guerra es un capítulo espectacular, no el mejor de la serie, ni está entre los mejores, pero si es puro espectáculo y un contraste de sentimientos.
Y es que, por mucho que se diga, Botín de Guerra no tiene la garra o el nivel narrativo de los mejores capítulos de la saga. Si es cierto que han sabido aunar perfectamente los momentos más íntimos con el espectáculo final. Y es que los momentos íntimos los han ofrecido las chicas Starks: Arya y Sansa. Y es que con la llegada de Bran el capítulo anterior, ya tenemos a todos, menos a Jon, en Invernalia preparando el invierno y la llegada, más pronto que tarde de Los caminantes blancos. Y es que estos momentos han sido realmente íntimos y emocionales, ya que desde la primera temporada no veíamos a toda la familia, la que queda, reunida. Además, hemos podido comprobar como Brienne de Tarth ha disfrutado entrenando junto a Arya, una rival más que digna, que ya, poco a poco, sigue siendo nadie. También hemos tenido un momento en una cueva con Daenerys y Jon, pero ha sido un poco avergonzante, y más que un momento de descubrimiento se ha convertido en un momento de tensión sexual no resuelta.
ESTA PARTE CONTIENE SPOILERS
Pero lo mejor de todo se guardaba para el final, para la batalla. Y una batalla en la que por fin vemos a Drogón arrasar con todo, o más bien, con la tropa de los Lannister que asaltaron Altojardín. La batalla se desarrolla entre los Dothrakis contra los Lannister, y Drogón, arrasando con el cargamento de víveres. Pero lo que parecía una batalla cómoda para Daenerys, en todo caso lo es, ha visto cómo es posible hacer daño a sus dragones. El Escorpión de Qyburn, una enorme ballesta capaz de atravesar el cuerpo escamoso de un dragón, hiere a Drogón en una ala. Pero no impide que termine destruyéndola. Después, en un acto de locura, Jaime Lannister se lanza en tropa a por Drogón y Daenerys, pero al final se encuentra de cara con Drogón, quien le lanza fuego. Jaime es salvado, por alguien, pero no sabemos de su destino.
FIN SPOILERS
Botín de Guerra es espectáculo, lo que también es Juego de Tronos, pero después de capítulos como Casa Austera, La batalla de los bastardos o Vientos de Invierno, hacen que queramos más, algo que no sea solo acción por la acción, sino que incluya algo más en la trama. Esperemos que en los pocos capítulos que quedan esto mejore. La temporada va en aumento, pero está lejos de ser de las mejores de la serie.
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