Demon Slave #11

Demon Slave #10-11: Puliendo lo que se les da bien

Demon Slave #11«No puedo negar que eres bastante bella…«

 

¡Qué cabritos son Takahiro y Yohei Takemura! El dúo se lo pasa pipa plagando los tomos de este manga que publica Norma Editorial de imágenes picantonas, pero es cuando pasan a la acción y a las peleas cuando de verdad demuestran todo de lo que son capaces. Tras un tomo algo más relajado, Demon Slave #10 comienza con una batalla simplemente espectacular que, por una vez, se va a extender a lo largo de todo el tomo, dejando clara su importancia y permitiendo a los protagonistas desplegar toda clase de técnicas vistosas al más puro estilo de los shonen de toda la vida. Kûsetsu se revela como la villana más poderosa y complicada hasta la fecha y Mira como una de las apuestas más interesantes por parte de los autores dentro del bando de los ‘héroes’.

 

Tanto es esto que esta macarra (y tsundere [ya sabéis, borde por fuera, blandita e inocente por dentro] de manual) se gana la tercera posición dentro de la segunda encuesta de popularidad de personajes que se ha llevado a cabo. Sólo por detrás de pesos pesados como Tenka (imbatible) y Ren Yamashiro (cuyo puesto me hace pensar en qué pulula por la mente de los jóvenes lectores de este manga…). Sin duda alguna, la batalla contra Kûsetsu, aunque no la remate ella, habrá sido uno de los principales puntos a su favor. Aunque me parece a mí que va a ser un poco más complicado a partir de ahora volver a recurrir a esta capitana de poderosos puñetazos, así que habremos de volver al plantel original de la serie… si es que no pasa nada antes que vuelva a pillar a los personajes con la guardia baja.

 

«Bueno, si te acaban matando no me quedará otra que aceptarlo…«

 

Con el final de la batalla llega una nueva revelación (que los autores van a utilizar tanto para hacer avanzar la trama como para jugar con los bajos instintos de los lectores) y de ahí saltamos directamente a Demon Slave #11, un tomo que vuelve a ser tranquilo (y erótico-festivo) mientras va tomando forma la nueva amenaza a la que deberán hacer frente los protagonistas (la siguiente entrega vuelve a ser de ‘puños fuera’) y, y esto me ha interesado especialmente, se ahonda un poco más en el grupo de villanos y cómo se organizan (nos falta por saber qué demonios es lo que las motiva tanto a ellas como a la minoría de ‘ellos’ y algo me dice que el destino de Kûsetsu va a estar ligado a esta revelación más adelante en la trama y quizás se convierta en la llave de algo más). Por lo pronto, toca volver a entrenarse, toca volver a ver escenas innecesariamente pornográficas y, oh sorpresa, un capítulo bastante agradable sobre una cita entre Yûki y Shushu.

 

Demon Slave #11

Qué rápido se va esto de madre en Demon Slave #11

 

Todo esto regado, como siempre, por infinidad de escenas que hacen que leer este manga en el transporte público sea un ejercicio de tarados y suicidas. Y por unos finales de tomo en los que, por si se habían quedado con ganas los pobres, los autores se explayan en las escenas más picantes de cada nueva entrega, las expanden y las llevan al borde que se para lo ecchi del puro y duro hentai.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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