¿Necesaria? Posiblemente no. ¿Apetecible? Sin duda alguna.
Ahora los padres son ellos retoma las vidas de Greg y Pam, casados y con dos niños pequeños. Con Jack Byrnes (Robert de Niro) buscando a su sustituto como cabeza de familia, una compañera (Jessica Alba) que hará despertar las sospechas (otra vez) sobre Greg y una fiesta de cumpleaños de por medio, ya tenemos todo lo necesario para pasar un divertido rato con los Follen.
Ahora los padres son ellos es una más que aceptable secuela, aunque queda por debajo de las anteriores entregas. Ya sea por el cambio de director, por la inclusión de elementos no previstos estando ya muy avanzada la producción (hablamos del caso de Dustin Hoffman, que explicamos luego), o porque la historia ya no da más de sí, la película se queda en un quiero y no puedo (aunque con algunos homenajes tronchantes).
Hay dos personajes que están especialmente desaprovechados. El primero es Harvey Keitel. El actor lo borda como albañil macarra y algo holgazán, pero su aportación se limita a un sketch sobre los retrasos en las obras de la piscina de Greg y Pam y ya no vuelve a aparecer en toda la película.
Sin embargo, Ahora los padres son ellos también nos reserva gratas sorpresas. La principal es Jessica Alba, que aporta frescura al conjunto de la cinta. Su papel es la causa de muchos de los problemas de Ben Stiller (que como siempre se mete en líos sin quererlo), pero por lo que realmente luce es porque, más allá de la obvia premisa de la guapa compañera de trabajo, es que es el tipo de personaje que de perfecto, tiene que tener alguna tara (al estilo de Owen Wilson en la primera entrega, quien vuelve a hacer de las suyas aquí).
Los más cinéfilos no pueden dejar pasar la ocasión de desternillarse con la pelea entre Greg y Jack en la psicina de bolas. El homenaje a Tiburón no tiene precio.
Los Follen se hacen mayores y conociendo sus debilidades, los 90 minutos que dura la película (unos 20 minutos menos que las anteriores entregas) ha hacen mucho más llevadera y disimulan parte de sus fallos. Aún así, el pasar un rato entre carcajadas está garantizado.
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