Seguramente sea de las pocas personas que cree que Kung Fu Panda debería haberse quedado en la primera o en la segunda cinta, pues más allá de eso la historia de Po ya comenzaba a dar signos de agotamiento y de no tener unas ideas claras respecto hacía donde quería ir. Por eso, cuando se anunció que la historia de Po y el guerrero del dragón iban a tener una cuarta parte, mi cara fue la de “no puede ser”. Es cierto que le tengo cariño a la primera Kung Fu Panda, ya que consiguió ser innovadora en algunos aspectos y es como un lugar feliz; pero después sus secuelas no estaban a su altura y era simples reclamos comerciales. Pero aquí estamos en una cuarta parte que, tengo que ser sincero, es mejor que la tercera y consigue ser un cierre digno a la historia de Po. Kung Fu Panda 4 es una historia sobre las oportunidades, sobre el legado y sobre saber cuando nuestro tiempo toca a su fin. Además, es muy divertida.

Kung Fu Panda 4, como he dicho, es una historia sobre el legado, sobre evolucionar como persona y de saber trasmitir nuestro conocimiento a las siguientes generaciones. Casi se podría decir que es una película de visionado obligatorio para padres, pues tiene ciertos matices que tocan muy de cerca a todos aquellos que tengan algún retoño. Y es que todo gira un poco alrededor de esa idea, Po teniendo que dar el testigo de guerrero del dragón al siguiente y él pasar a guardián espiritual. Y como todo en la vida, esto gira en torno al momento de estar preparado, al momento en el que nos encontremos y si somos capaces de dar ese paso. Kung Fu Panda 4 tiene bastantes capas donde rascar, pero los padres, su legado y su participación en la historia de los hijos es una de ellas. También tenemos un mensaje para esos padres sobreprotectores que no saben cuando dejar libre a su hijo o estar siempre encima por miedo a que no sepa por donde ir.

Pero también es una película sobre la confianza, sobre el perdón y saber que, aunque la vida nos lleve por caminos que quizás no sepamos transitar en un primer momento, siempre llegará algo que hará que podamos recorrer ese camino tranquilamente. Nos caeremos mil veces, pero mil veces nos levantaremos. La animación sigue siendo uno de los puntos fuertes de la cinta, aunque no reinventa nada respecto a las entregas anteriores, sí que tiene algunos momentos de explosión de colores impresionantes y algunas secuencias de lucha en plano secuencia para quitarse el sombrero. Incluso los personajes nuevos consiguen sorprender, en especial la villana, que se convierte rápidamente en una de las mejores de la saga y una villana que consigue entrar por los ojos. Zhen, la compañera de Po en esta aventura, es otro descubrimiento y una muestra más que Dreamworks tiene algo con los zorros, o los lobos, pues venimos de tres películas consecutivas donde son casi los protagonistas: Tipos malos, El gato con botas: El último deseo y Kung Fu Panda 4. Pero es un personaje bien escrito, coherente y que sabe ganarse el corazón. Aunque el corazón se lo ganan tres pequeños conejos que ya veréis como sorprenden.

En definitiva, Kung Fu Panda 4 es una sorpresa teniendo en cuenta que es una saga que parecía que no tenía mucho más que ofrecer. Es muy divertida, tiene momentos espectaculares y los personajes nuevos funcionan perfectamente. Es el final del camino del guerrero del dragón y quién sabe qué es lo que nos ofrecen a partir de ahora. Y una última cosa, tiene una versión increíble del Crazy Train, por lo que es imposible no caer rendido. También suena otro gran tema, pero eso os dejamos que lo descubráis vosotros.