La Biblioteca Marvel dedicada a Los 4 Fantásticos trae de vuelta algunos villanos y personajes ya clásicos a ojos actuales. Los principales son los mencionados en el título: Doctor Muerte y los Cuatro Terribles, aunque sus integrantes brillaran mucho más en solitario que como miembros de este ecléctico grupo. Este octavo tomo publicado por Panini Cómics tiene además otro invitado de excepción: Daredevil.
«Para bien o para mal… ¡la Cosa vuelve a vivir!»
Ya oteando la portada podéis imaginar que Matt Murdock se une a los integrantes de la Primera Familia para luchar contra el temible Muerte. Sobre Víctor Von Muerte hay que reconocer que los años le han sentado estupendamente. En esta época los cómics brillaban por su originalidad y falta de prejuicios. Algunos hacían click con inusitados tratamientos de personajes y relaciones, con muchos más matices de los que podría parecer a simple vista. Pero esta no era la norma general y Muerte fue durante mucho tiempo víctima de la falta de profundidad de los personajes, en especial de los villanos, vistos casi siempre como mera excusa o herramienta para poner en un brete a los héroes.
Su relato incluido en este tomo tiene mucho de eso. Pero aún con todo, el personaje guarda ciertos rasgos que se han mantenido a lo largo de las décadas y ya entonces demostraba ser un durísimo rival para nuestros protagonistas, que solo podían vencerle usando ingeniosos trucos.
Caso contrario del Mago, líder de estos Terribles. También es cierto que le ayudaba el contexto de encabezar a su propio cuarteto y poder establecer dinámicas con ellos, dándole pie a desarrollar un carácter propio, más allá de expresarse con diatribas al aire.
Salvo por hallazgos aquí y allá, hay que reconocer que las aventuras recogidas en el presente tomo no están tan inspiradas como en otros anteriores. Quizá el hecho de que se repita no solo la estructura de las historias -algo habitual en la época-, sino porque el mismo conflicto se traslada de una aventura a otra (en el caso que nos ocupa, nuestros protagonistas tienen que lidiar con la pérdida temporal de sus poderes), hace que se transmita cierta sensación de repetición. En su día, aparecidos los cómics mes a mes, esto podría dejarse pasar con más ligereza, pero leídos de seguido, en un tomo, este tipo de cosas cantan más. Aún así, como siempre, el factor histórico sigue haciendo de esta una lectura muy recomendable.
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