En este tomo #14 de la Biblioteca Marvel que Panini Cómics dedica a Los 4 Fantásticos los imaginautas se enfrentan a algunas de las amenazas más importantes hasta la fecha. Habiéndose visto cara a cara con entidades cósmicas como Galactus o temibles villanos como Doctor Muerte, ¿cómo es eso posible? Porque algunos de los rivales a batir en estas páginas son amigos y aliados cercanos, lo que suma un conflicto emocional a las amenazas en sí que representan.

 

«¿Cómo vamos a encontrar al pobre Ben?«

 

Y es que no es lo mismo partirle la cara al Pensador Loco (presente en estas páginas), que atacar a un miembro de la familia. De eso va precisamente buena parte del volumen. Quizás sea la historia más larga hasta la fecha y con el citado Pensador Loco como gran antagonista, que a través de sus mezquinos tejemanejes pone en un serio aprieto a la primera familia.

 

Siendo un conflicto con unos tropos bastante habituales en la época basado en malentendidos o manipulaciones mentales, el interés de este arco argumental radica en dos cuestiones. La primera es la carga compartida entre Ben y Reed a causa de la transformación del primero en la adorable Cosa. No deja de ser un letimotiv recurrente en la franquicia (en los últimos años bastante menos), pero en las posiciones antagónicas en la que se encuentran los amigos tenemos la oportunidad de ver una apuesta de máximos.

 

La segunda, que con los años se convertirá en otra constante, es la de la separación momentánea del grupo. En este caso motivada por los recelos de Reed ante el embarazo «invisible» de Susan, a quien quería proteger a toda costa, aunque eso supusiera alejarse del grupo. Aquí entra en liza una de las incongruencias del Comics Code de la época, según el cual había que proteger a los infantes de la visión de una mujer embarazada. Y, sin embargo, podías coger cualquier Creepy o Eerie y ver escenas truculentas.

 

Ahora son cosas que vemos con cierta gracia, pero no dejan de ser sintomáticas de un modo de ver las cosas que, por suerte, hemos dejado atrás. Al menos en los cómics. En la sociedad es otro cantar, que siempre que damos un paso adelante, parece que demos dos hacia atrás. Pero esto nos llevaría a una reflexión mucho más profunda que nada tiene que ver con lo que aquí nos narran Lee y Kirby.

 

Volviendo a ellos, además de la citada aventura en cuatro partes, nos presentan una nueva aventura compartida con Estela Plateada y otra en la que les visitan Thor, Spiderman y Daredevil, con quienes luchan en la portada del tomo. La de Estela parece un refrito de las anteriores apariciones del personaje, pero que se explica por la inminencia de su cabecera en solitario y había que darle publicidad al antiguo heraldo de Galactus.

 

Y respecto a la segunda, volvemos a los malentendidos habituales en una historia que estrecha lazos con la serie de Daredevil (Biblioteca Marvel: Daredevil #7) y también conecta con la de Thor (BM: El poderoso Thor #11), aunque se puede seguir y disfrutar sin atender a ellas. Es una de las ventajas de la simplicidad argumental de la época.