La segunda mitad de los años 60 supuso toda una explosión conceptual para Marvel Comics y, sobre todo, para Los 4 Fantásticos. Prueba de ello es el décimo volumen de la Biblioteca Marvel que Panini Cómics está dedicando a las aventuras de la primera familia.
«¡Vosotros sois la presa!«
Unas aventuras en las que los protagonistas no tienen un segundo para relajarse, pues Jack Kirby y Stan Lee tenían muchas ideas que integrar en la cabecera y muy poco espacio para hacerlo. De esta manera, cuando los inhumanos aún no han terminado de despedirse, llega el todopoderoso Galactus, en una versión que -a diferencia de otros personajes- no difiere excesivamente de la que conocemos en la actualidad. Quizás la mayor diferencia es que el Galactus sesentero era mucho más hablador que el Devorador de Mundos actual.
La aventura de Galactus (y de Estela Plateada) abarca la mitad del volumen (tres capítulos) y sirve a los autores no solo para llevar a la Tierra a su mayor amenaza hasta el momento, sino que les permite explorar interesantes nociones sobre el funcionamiento del Universo Marvel que seguirían dejando mella décadas después (Dan Slott en su Guerra de Cuentas alude directamente a esta aventura) y sentaría las bases para la futura serie en solitario de Estela, que tendría lugar solo un par de años después, en 1968.
La trilogía de Galactus (así es como se suele denominar comúnmente a este pequeño arco) no está exento de los vicios y la ingenuidad de la época (pocos deux ex machina como el del nulificador supremo), pero es innegable su impacto -sobre todo para la época- y su trascendencia posterior.
Una trascendencia que a la larga también conseguiría el personaje invitado en la segunda mitad del volumen, previa escala en el debut universitario de Johnny Storm, personaje con mucha más cabeza de la que él mismo quiere hacernos creer y en un argumento que subrayaba el heroísmo desinteresado de Reed Richards. Se trata, como podéis imaginar por el título del post, de Pantera Negra. T’Challa, como otros tantos personajes importantes para la factoría Marvel, tuvo su debut en las páginas de Los 4 Fantásticos.
Y si bien la imagen de Wakanda y sus gentes es estereotipada hasta el exceso, sigue siendo una historia muy imaginativa, al estilo y nivel que Lee y Kirby nos tenían acostumbrados por aquel entonces. Un pequeño ejercicio de puesta en perspectiva y contextualización por nuestra parte como lectores 60 años en el futuro, y a disfrutar.
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