Llegamos ya al tercer volumen de la ambiciosa Biblioteca Marvel con la que Panini Cómics recupera -en un formato más accesible- las historias clásicas de los principales personajes del Universo Marvel. Una oportunidad inmejorable para conocer la «historia» de la Casa de las Ideas y de sus grandes figuras casi como si los viviéramos de primera mano, pues esta edición, además de incluir los cómics originales, trae consigo las cartas de los lectores de la época.

«¡Debo ir con él! ¡Me necesita!«

Es importante tener en cuenta dicha época -nunca nos vamos a cansar de recalcarlo. Y ya no solo por la forma en que Jack Kirby y Stan Lee narraban, cargando las viñetas de textos redundantes o proponiendo argumentos y tramas que a día de hoy pueden parecernos ridículas, sino por la representación de ciertas situaciones y comportamientos que difícilmente tendrían justificación en la sociedad actual.

Esto se aprecia, sobre todo, en la caracterización de Susan Storm. La heroína, tan reivindicada en los últimos años como auténtico pilar del cuarteto, al inicio de su aventura superheroica era poco menos que una chica asustadiza reducida a damisela en apuros o asistenta del equipo. Aquí, pues, caben dos opciones: o indignarse por las actitudes machistas descritas o entender que son historietas ¡de hace 60 años! y no tomarse en serio diálogos y escenas que ni siquiera son malintencionados y que hoy pueden ser tomados incluso en clave cómica dado su carácter anacrónico.

Algo similar se aplica a la consideración de los «rojos». Estamos ante una creación de principios de los años 60, en plena Guerra Fría y con la carrera espacial como prueba de fuerza a la orden del día. Y Los 4F representan el ideal de la familia americana. El enemigo, pues, no podía ser otro que la Unión Soviética y el comunismo. A día de hoy, consideraciones políticas al margen, resulta bastante inocente la concepción de unos y otros en este tipo de historietas.

Entre los hitos que encontramos en este tercer volumen destacan dos sobre todas las cosas. El primero es -como bien ilustra la portada del tomo- el cara a cara de Hulk con Los 4 Fantásticos y su inevitable rifirrafe entre el Goliat Esmeralda y Ben Grimm. El segundo es nada menos que Uatu, el Vigilante, que amplía las fronteras del universo Marvel hasta donde alcanza la imaginación. Como siempre en estos relatos, ¿quién iba a imaginar por aquel entonces la trascendencia que tendrían algunas de sus creaciones.