«Vamos a gritarle todos, ¿verdad?«

Acabada la primera aventura de los Guardianes de la Galaxia de Al Ewing llega el momento de analizar las consecuencias de la misma y ver de qué manera éstas van a condicionar el devenir de la colección en los próximos meses. La (para qué negarlo, enésima) muerte de Peter Quill propicia unas primeras páginas muy interesantes, no ya por el recurso del cómic mudo (que es lo que se está utilizando al colocar a Groot de narrador de esta primera parte), sino porque al narrar la llegada de Cohete en solitario se ahorra las palabras y los descalificativos para poder volver a ellos en cuanto sea pertinente. Más aún, el resto del cómic se nos revela como más profundo, nostálgico y reflexivo que los dos anteriores, en lo que podría ser toda una declaración de intenciones por parte del guionista de El Inmortal Hulk.

Porque me queda más o menos claro que, aunque los disparos y las chanzas volverán enseguida a la colección, Ewing va a aprovechar cada breve instante del que disponga para profundizar en una serie de personajes que muchas veces han quedado como meros comparsas de Starlord. Y aquí está, quizás, la verdadera razón tras su muerte, que ésta permita un mayor desarrollo de cada uno de sus amigos, a través de sus relaciones entre ellos y con él en el pasado.

«Ella no ha sido capaz de sentir ni una cosa ni la otra«

Lo vemos ya en la segunda mitad de este número, con una Gamora destrozada que trata de enterrar su tristeza muy hondo para que nadie (ni ella misma) sea capaz de percibirla. Resulta curioso que, tras ser ella la que asesinó al propio Peter durante las Guerras del Infinito y tras su reconciliación en a etapa de Donny Cates, la relación entre ambos personajes siga siendo tan profunda a ojos de Ewing. Pero lo cierto es que, en ausencia de un (por ahora) difunto Thanos, Quill representa lo más parecido a una familia para la asesina y es el pegamento esencial que mantiene unidos a los Guardianes, por más que Groot tratara de asumir el mando en el pasado más reciente.

Guardianes de la Galaxia #3 (#78)

También van a jugar un importante papel en la etapa de Ewing las diferentes versiones de algunos personajes que existen actualmente en el universo Marvel. Vamos a tener dos Dragones Lunares, casi tres versiones distintas de Drax… Hasta Ivan Shavrin se une a la fiesta con la inclusión en su portada de una versión de Hércules que puede que os suene bastante. Estas diferentes versiones de cada carácter nos van a servir para poner la historia de cada uno de ellos frente al espejo y ayudar no sólo a que nosotros los comprendamos mejor, sino a que los propios héroes evolucionen y crezca de manera independiente a los modelos que ven pululando por el espacio y las realidades.

Este tercer volumen de Guardianes de la Galaxia gira en torno a la tristeza, sí, pero también funciona como una promesa de una serie mucho más completa y profunda que sus predecesoras.