«Y ahora tú… tú también eres mío«

Tomamos un poquito de distancia para poder contemplar la nueva situación de los inhumanos dentro de la cosmología marvelita con algo de perspectiva. Desde los acontecimientos de Infinito esta raza, siempre en la cara B de la editorial, ha ido creciendo en importancia, pero su condición de residentes forzosos en una suerte de isla en aguas del Hudson los convertía en algo similar a unos cada vez más numerosos refugiados (en clara referencia a la nueva clase de inmigración [culta y que huye de la guerra] que reciben los países occidentales). Así continuamos hasta la irrupción de las Secret Wars, en parte porque no dio tiempo a mucho más y en parte porque Charles Soule no ha querido ponerse a experimentar con un evento tan explosivo en el horizonte, así que se limitó a ir plantando las semillas de los nuevos personajes que quería exprimir más adelante.

Pero ahora el crossover más brutal de todos los tiempos en la Casa de las Ideas ha pasado y toca asentar a los Inhumanos en la nueva y diferente Marvel, en la que ya hace mucho que dejaron de jugar de reservas para convertirse en las estrellas de esta nueva era. A lo largo de estos tres números contemplamos el final del primer arco de las dos principales colecciones inhumanas y comenzamos a intuir cómo van a ir funcionando cada una de ellas, sus puntos fuertes y débiles y la forma en que se complementan para lanzar a estos personajes hacia el siguiente nivel. Vuelven conceptos como el Salón del Silencio o el Capo y aparecen otras nuevas piezas sobre el tablero, demostrando lo lleno de vida que está este universo (y aún nos queda por catar en España series como la de Karnak).

«Entonces no creo que haya ninguna esperanza«

La primera saga de Uncanny Inhumans trae de vuelta a Ahura con una resolución del enfrentamiento con Kang que no estoy muy seguro de llegar a comprender y que me plantea más preguntas de las que me gustaría (¿qué poder ha desarrollado el hijo de Rayo Negro y Medusa? ¿hasta qué punto puede una posesión permanecer más allá de los confines del espacio y el tiempo? ¿no os da la impresión de que Kang volverá tarde o temprano a la colección?) También trae un relevo en lo artístico al dar paso el siempre magnífico Steve McNiven a Brandon Peterson (quien, sin llegar a los extremos de su predecesor, hace un muy buen trabajo con Blackagar y los suyos). La nueva saga se centra en el lugar de encuentro que creara Soule durante las Secret Wars y que tan buena acogida tuvo. La verdad es que el Salón del Silencio molaba y traerlo piedra a piedra al nuevo universo Marvel para convertirlo en la base de operaciones de Rayo Negro es una magnífica idea. Más aún lo es el hecho de conservar su espíritu de bar libre de prejuicios donde todos son bienvenidos… siempre que no intenten acabar unos con otros.

Inhumanos #24

En cuanto a Crystal y los suyos, ya en el anterior número los dejamos a punto de adentrarse en un mar de arenas movedizas. Más concretamente, la embajada portátil de los inhumanos se adentraba en territorio de Corea del N… Sin-Cong para descubrir que este país era el único que no se ha visto afectado por las nieblas terrígenas. ¿O quizás haya gato encerrado en esta República Popular? James Asmus, cada vez más suelto en la segunda cabecera inhumana (All-New Inhumans), rescata a uno de los villanos clásicos de los Vengadores a través de la figura de su hijo, obsesionado con trascender más allá de donde llegara el perturbado de su progenitor (sin apenas referencias al mundo real, ¿eh?). Esta aventura nos permite profundizar en la nueva situación de Gorgon (esperemos que cada vez más cerca de la recuperación, ni me gusta ver en una silla de ruedas a este personaje clásico ni me parece necesario) y también ayuda a dar forma al más complejo de lo que parecía personaje de Swain. En efecto, la capitana de la nave inhumana se desvela en Inhumanos #24 como mucho más que una relaciones públicas con la capacidad de hacer girar el timón de la más gigantesca embarcación marvelita.

«¿Qué te va a doler más, que te machaque una chica o una inhumana?«

De esta aventura de dos números (Asmus parece querer imprimir un ritmo bastante más ágil al relato que el pausado estilo de Soule), nuestros chicos saltan a China para encontrarse con nada menos que el actualmente bastante alucinante Spider-Man. Allí, cómo no, tendrán que enfrentarse con los superhéroes nacionales chinos al servicio del gobierno… Y aquí me vais a disculpar, pero ya cansa esta clase de encasillamiento, no de lo de fuera de los EEUU, sino de lo chino por parte de las dos grandes editoriales norteamericanas. Tanto DC como Panini siguen manteniendo una serie de esquemas en torno a lo que suene a chino que hace tiempo que quedaron obsoletos. Poner a todo chino que aparezca en pantalla como un esclavo del régimen o un defensor a ultranza del sistema es generalizar demasiado sobre el que a día de hoy es el país más poblado del mundo.

Inhumanos #25

En fin. En esta nueva historia Stefano Caselli se toma un respiro y su lugar como dibujante lo ocupa André Lima Araújo, un artista que (para bien o para mal) no deja indiferente a los lectores. Poseedor de un estilo propio, tiene tantos detractores como fans acérrimos. Personalmente, su manera de caracterizar a los personajes no me resulta molesta, pero tampoco se cuenta entre las que serían mis favoritas. Cosa de gustos, supongo. Resulta interesante, para ir cerrando el artículo, la historia en dos frentes que inaugura este nuevo número, con un descubrimiento que no deja de ser llamativo y un tanto inquietante.