«Siempre intento no matar, porque puedo hacerlo sin ningún esfuerzo«

Sí, sabemos perfectamente que la Caída de X está programada para los números de esta colección que salen entre octubre y noviembre de este mes (Patrulla-X #25 será el primero oficialmente de esta etapa), pero es que todas las colecciones mutantes parecen estar cogiendo carrerilla mientras se dirigen al abismo. ¿El Consejo Silencioso? Con la mitad de sus miembros en el foso. ¿Arakko? Con su población diezmada por las huestes de los Eternos al servicio de Thanos. ¿X-Force? Madre mía con La Bestia… Y ahora le llega el turno a la Patrulla-X y lo que parecía un arco argumental destinado a cerrar el hilo en torno al Nido se convierte ahora en una profunda línea divisoria entre dos personajes fundamentales y un final de saga que difícilmente dejará con buen sabor de boca a nadie.

El Nido es una raza, dentro del Universo Marvel, muy complicada. Con la notable excepción de algunas de sus reinas, no tienen demasiadas luces y se mueven más bien por instinto. Y su instinto les lleva a alimentarse de, poner sus huevos en y transformar a cuanto bicho viviente se les acerca, extendiéndose como una infección por la galaxia y exterminando a otras especies a su paso. Las batallas entre los héroes de la Casa de las Ideas y estos bichos se remontan a principios de los años ochenta del siglo pasado (hay que tener en cuenta que se inspiran en el Alien de la película de Ridley Scott de 1979) y siempre se han saldado con algún héroe aniquilado y con decenas (si no cientos) de los miembros de esta especie masacrados como mosquitos contra un parabrisas. Los cómics que nos ha venido trayendo estos últimos meses Panini no son la excepción y la infección de Corsario, unida a cierta arrogancia que no es capaz de quitarse de encima Scott Summers, provocan ahora un profundo cisma que, si bien no vimos venir, tampoco podemos decir que nos sorprenda.

«No creo que tengas derecho a decirme qué puedo hacer y qué no«

Y es que el que fuera líder de los mutantes en ausencia del Profesor X siempre ha sido amigo de tomar decisiones radicales cuando se le hinchan las gónadas. Ya lo hizo al final de los tiempos de Utopía, cuando trató de militarizar a los estudiantes de la escuela (lo que derivó en el Cisma) y lo hace ahora, abogando por el exterminio de una raza entera. Entra también en juego, o así se lo creo entender yo a Gerry Duggan, el sentimiento de superioridad moral y racial que Krakoa ha exacerbado en ciertos personajes. El gran sueño de Xavier de ver a mutantes y humanos cogidos de la mano y avanzando juntos hacia el futuro se ha ido convirtiendo cada vez más en un comportamiento de superpotencia que mantiene al resto de países pendientes de que a alguno de sus dirigentes se les vaya la pinza. Que los más radicales entre los mutantes comenzaran a tener las ideas equivocadas era sólo cuestión de tiempo.

Patrulla-X #22 (#144): Destino de X

El tema es que intuyo que Caída de X vendrá a funcionar como una cura de humildad para muchos personajes, pero puede ser un castigo excesivo si significa devolver a los hombres y mujeres X a la clandestinidad. Para cerrar el artículo centrémonos en Nydo, que es quizás el más castigado de todos los protagonistas de esta historia y al que al menos una vez más vuelvo a ver con esa candidez y ese gran corazón que nos ganaron en tiempos de Lobezno y la Patrulla-X. La prueba y el sacrificio al que voluntariamente se somete me parecen excesivos y vuelven a condenar al personaje al ostracismo hasta que un autor decida rescatarlo. Demasiado correctivo para el delito de quedarse dormido.