«Seguramente estamos en el sitio más seguro del mundo«

He necesitado unos cuantos días para poder leer con calma el tomo recopilatorio de Eight Billion Genies que Panini ha traído a nuestras librerías y otros cuantos días más para procesar todo lo que en él vierten Charles Soule (Inhumanos, La Muerte de Lobezno) y Ryan Browne (Curse Words, God Hates Astronauts). La premisa del cómic es sencilla y a la vez loquísima: un buen día a todos y cada uno de los ocho mil millones de humanos que pueblan la Tierra se les aparece un genio personal que les concederá un único deseo pedido conscientemente, sin trampa ni cartón. Como sin duda podréis imaginar, el instante siguiente a este suceso da pie a un caos absoluto sobre la faz del planeta que llevará a la especie humana (y al resto de formas de vida sobre esta gigantesca roca) al borde de la extinción.

Porque claro, no sólo tú, que tienes una idea cojonuda sobre lo que pedirías, has pedido tu deseo, sino que otros miles de millones de personas (psicópatas, santas, violentas, desesperadas, locas…) habrán pedido algo a la vez que tú. Deseos destructivos, protectores, fantásticos, románticos, eróticos, esotéricos… Todos ellos tratando de cumplirse a la vez y siendo anulados por deseos contradictorios imposibles de predecir. La base del cómic de estos dos creativos es tan bestia que uno no tiene más remedio que lanzarse de cabeza a por este cómic. Porque seamos realistas, cualquier cosa puede pasar después de un punto de partida tan sugerente, pero lo que está claro es que el mundo no podrá volver a ser igual después de que se cumplan los deseos de todos y cada uno de sus habitantes.

«El único deseo que importa es el último«

Lo cierto es que Eight Billion Genies es una montaña rusa que nos deslumbra con momentos y personajes maravillosos (los genios, sin ir más lejos, son una genialidad, si se me permite la redundancia), pero que también tiene secuencias bastante más anodinas que dan la sensación de que el cómic se ha ido alargando de forma artificial en algunos de sus segmentos. Sin embargo, cuando uno lo analiza como obra completa se encuentra con uno de los cómics más refrescantes, divertidos y a la vez profundos de este comienzo de 2024. Lo divertido de su premisa, lo interesante de su desarrollo y lo reflexivo de su final hacen que uno le coja un gran cariño no sólo a esta historia, sino a todos y cada uno de los protagonistas que cruzan sus vidas en un bar de Saint Clair Shores, en el estado de Michigan.

Eight Billion Genies

También es verdad que Soule viene de estar escribiendo con Scott Snyder la locura futuristica de Undiscovered Country, así que tablas en el apartado de imaginarse realidades radicalmente distintas a la nuestra a partir de un único evento no le faltan. Browne colabora con un dibujo que se apoya en la libertad que plantea este cómic para regalarnos con imágenes insólitas e inimaginables. Y entre los dos construyen un tebeo que merece la pena leer al menos una vez y que Panini se encarga de completar con una generosísima sección de extras que incluye desde bocetos hasta charlas entre ambos autores repasando los orígenes de este cómic y la cantidad de ideas y chistes privados que han ido vertiendo sobre el mismo. Espero que disfrutéis de Eight Billion Genies tanto como lo he hecho yo  y que, en cualquier caso, os sirva para ser mucho más cuidadosos en el futuro con lo que de verdad deseáis en esta vida.