«Me ocuparé de reconfigurar vuestras piezas personalmente«

Ya lo decía hace un par de reseñas y me veo en la obligación de repetirlo: a Dan Slott y a Christos Gage les ha entrado la prisa por terminar de una vez su etapa al frente de Iron Man. Es lo único que explica el número más olvidable de cuantos han salido de la cabeza de estos guionistas hasta el momento. Un número que se merienda en tres páginas un argumento que habría dado para unos cuantos cómics enteros y un número que, en general, da una impresión tal de urgencia que uno termina de leerlo con la sensación desagradable de que lo han despachado a toda velocidad para poder echar el cierre e irse a sus casas.

Porque el hecho de que Tony necesitara un momento ‘ave fénix’ (arder para poder resurgir de sus cenizas, que todo hay que explicarlo) nos quedaba a todos meridianamente claro desde el momento en que la mayor crisis existencial del personaje lo ha llevado a dudar sobre si es o no un ser humano. Pero la manera en que se resuelve este dilema no puede ser un monólogo de frases inconexas en el que Tony termine exclamando algo del estilo de ‘¡Rediós, si soy el puñetero Tony!‘. Sino que exigía algo más de esfuerzo por parte del personaje, un camino, un aprendizaje, no una alarma del móvil diciendo ‘Chaval, recuerda que eres el puñetero Tony Stark‘.

«Porque, sinceramente, esto empieza a dar miedo…«

Peor aún. Con lo que leemos en Iron Man 2020 #4 Slott y Gage vienen a decir algo así como que todo lo que se ha estado construyendo hasta ahora no sirve para nada. ¿Igualdad entre hombres y máquinas? Para nada. ¿La revolución de los robots? Innecesaria. ¿La reconfiguración de Yocasta? Reversible con la facilidad de un calcetín. Lo peor que le puede pasar a una obra (y esto ya lo hemos comentado muchas veces) no es que sea mala, sino que sea intrascendente. Tony saldrá de la doble etapa de Dan Slott tal y como entró, sin un ápice de crecimiento personal ni nada que nos haga pensar que le ha ocurrido algo durante el año y medio que ha estado en manos del señor que nos emocionó con su Spiderman Superior.

Iron Man 2020 #4

Me queda una única esperanza de cara al futuro del personaje. Y ésta es que Slott y Gage tengan la valentía de no materializar la amenaza que ha propiciado el regreso de Arno Stark. Que sigan manteniendo ese gran mal en la recámara para que bien Christopher Cantwell (su sucesor al frente de la cabecera), bien cualquier otro que llegue en el futuro sea el encargado de enfrentar a Iron Man contra una entidad que lleva desde tiempos de Kieron Gillen marchando hacia la Tierra. ¿Por qué? Porque la alternativa es ventilarse a esta amenaza en el par de números que le quedan a la serie. Que, oye, ya no me extrañaría dada la profundidad a la que tienen pisado el acelerador, pero sería una verdadera lástima que se vayan de la serie no sólo por la puerta de atrás, sino quemando los campos a su alrededor.