Jóvenes Vengadores

Jóvenes Vengadores #2-3: Disturbia

Jóvenes Vengadores #2«Como deidad pagana, debo decir que es un nombre terrible«

 

Kieron Gillen tiene varios fantasmas a los que enfrentarse. Por un lado, su -por diversos motivos- poco afortunada etapa al frente de La Imposible Patrulla-X ha hecho que la Casa de las Ideas se decida a cambiarle de aires con una serie dependiente de otra más principal (Iron Man es ahora uno más de los Guardianes de la Galaxia) y una segunda serie de poco peso en el universo Marvel. Sin embargo, esta serie (y he aquí el segundo fantasma) fue uno de esos bombazos que nadie esperaba en el momento de su estreno y los jefazos de Gillen han querido que se vuelva a reunir con el equipo con el que deslumbró al mundo en Phonogram para que, juntos, traten de repetir la jugada.

 

Los efectos de todo esto se pueden apreciar fácilmente en ambas colecciones. Mientras que en Iron Man Gillen se siente cómodo hasta el punto de experimentar con el pasado y los orígenes del Vengador rojo y dorado en Jóvenes Vengadores, sin embargo, se puede apreciar que titubea bajo la presión con una trama que no termina de despegar y que no lleva a ninguna parte. Se podría decir que la primera saga de Wiccan y sus colegas viene a plasmar el corte del cordón umbilical que nos ata a los padres una vez cumplimos la mayoría de edad, pero si en verdad es eso, apenas lo deja entrever ya que en estos tres primeros números se limita a lanzar sobre los protagonistas a las versiones de Play-Doh de sus progenitores mientras nos demuestra una vez más lo tontos que se pueden llegar a poner Wiccan y Hulkling y lo avispado y embaucador que puede llegar a ser Loki. Dicho de otro modo, si Alan Heinberg nos presentó a su supergrupo utilizando un simple robo de un banco, Gillen ha pretendido reunirlos con muchas más luces y sonido mientras decide qué demonios va a hacer con su serie.

 

«Eres un vergonzoso desperdicio de nuestros genes«

 

Dos cosas salvan por el momento a Jóvenes Vengadores de la quema. La primera de ellas es el perfecto uso de las referencias tanto cinematográficas como musicales. Gillen y compañía no dudan a la hora de ponerle música de Kym Mazelle a una épica entrada en escena a disparo limpio para rematar al más puro estilo Terminator. Todo ello (y esto es lo realmente importante) sin dar la sensación de que un adulto se está metiendo en un terreno que no entiende, cosa que suele ocurrir con más frecuencia de la que pueda parecer. En general, los diálogos de Jóvenes Vengadores molan, son dinámicos y se podría decir que hasta son divertidos. Jóvenes Vengadores es una colección de fácil lectura que sabe conectar con los gustos de los adolescentes de esta década, ahora sólo le falta que todos esos diálogos molones tengan algo que contar.

 

Jóvenes Vengadores #3

 

Del otro punto fuerte de esta serie ya hablé en su momento. Jamie McKelvie y Mike Norton se compenetran a la perfección con Gillen y nos sorprenden con unas composiciones de página realmente innovadoras y atractivas (a lo que también contribuye la estupenda manera de dar color que tiene Matthew Wilson). Los juegos que se permiten estos artistas con las viñetas son una auténtica gozada para la vista y -casi- justifican la compra de los cómics. En mi opinión, si Kieron logra hallar la dirección correcta en la que avanzar puede lograr cosas muy interesantes bajo esta cabecera.

 

Panini engloba en el número 2 los capítulos 2 y 3 americanos, dejando el cuarto capítulo para el número 3 de la edición española. A razón de un capítulo al mes (¡vamos casi a la par con la edición estadounidense!) el cómic es realmente asequible. Lástima que la editorial haya decidido «comerse» algunas de las portadas alternativas. Cosas de los recortes supongo…

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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