En el inicio de la nueva temporada, en la que trabaja en compañía de R.B. Silva a los lápices, Dan Slott acude a su primera gran aportación a la colección de Los 4 Fantásticos: La Doliente. La que sirviera de primera enemiga de los imaginautas en su vuelta oficial al Universo Marvel tras los sucesos de Secret Wars, vuelve a cruzarse en el camino de Reed y los suyos a causa del Portal Eterno, artefacto de potencial inimaginable, una puerta a cualquier punto de la existencia (temporal y espacial) y que -como era de esperar- con apenas un par de números de existencia ya está provocando tensiones.
«Créeme: con Nicki y contigo nos sobra y basta«
Resulta interesante este movimiento por parte del guionista. Se presentó dejando su impronta en la colección con una creación propia, luego fue quemando etapas rescatando personajes e historias clásicas de los imaginautas, devolviendo al Doctor Muerte a su status de villano (que lejos quedan ya sus escarceos como Iron Man y su tez «vincent-casseliana»), cortando los lazos mutantes de Franklin o, incluso, dándole una nueva oportunidad a la truncada primera expedición (aquella que les conferiría sus poderes). Quién sabe si animado por los vientos de renovación que ha traído consigo la aportación gráfica de R.B. Silva, por segunda vez Slott ha querido encarar el futuro de la colección con la ambición que desprende apostar por personajes y conceptos nuevos, de creación propia. Ahí, la nueva oportunidad que ha recibido la Doliente, aunque efímera (en Los 4 Fantásticos #29 se cierra el arco argumental), apunta a declaración de intenciones.
En el par de números que nos ocupan (publicados ambos por Panini Cómics), la primera familia ha de hacer frente a una crisis de refugiados y buscar una solución permanente (todo lo permanente que puede ser algo en el Universo Marvel) a la citada amenaza de la Doliente. Mientras que el capítulo de cierre aporta el dramatismo y la epicidad por la que R.B. Silva está en la cabecera (el guion de Slott le permite jugar con hipotéticos futuros para los protagonistas), Los 4 Fantásticos #28 tiene un poso más íntimo, aunque no renuncia a la acción.
En cierto modo, la lectura seguida de ambos capítulos permite apreciar la doble vertiente de Slott como arquitecto de Los 4F: pasando por absoluta naturalidad de relatar los problemas personales de sus personajes a llevarlos a una lucha por el destino del planeta.
Deja un comentario: