«Será nuestra oportunidad. Revelaremos cómo es, cómo ha sido siempre«
Ryan North se está marcando una estupenda etapa al frente de Los Cuatro Fantásticos (o eso me cuentan) y ahora da el salto dentro de la Casa de las Ideas y se hace con un gran evento /crossover (o como narices queráis llamarlo) que, además no sólo cuadra de maravilla con el momento presente, sino que nos obliga a los lectores a posicionarnos y parece estar llamado a alterar el statu quo de la editorial durante al menos algún tiempo. Victor von Muerte se hizo con el título de Hechicero Supremo durante los sucesos de la Caza Sangrienta y desde entonces le ha dado pereza devolvérselo a Stephen Extraño. Antes de ello ha decidido convertir el mundo en un lugar mejor a golpe de talonario mágico. Soluciones fáciles a problemas complejos. ¿Qué podría salir mal?
Y es que lo que vemos en Un Mundo Bajo Muerte #1 es precisamente eso. Un Muerte que, sin dejar de ser él mismo, une a todas las naciones bajo la bandera de Latveria para, a continuación, decretar libertad de educación, la construcción de cientos de escuelas y hospitales, libre acceso a la mejor sanidad a nivel global, el exterminio de los nazis y otros supremacistas… Todo esto en su primera semana como líder mundial. Y sin despeinarse por debajo de su máscara de hierro. Es todo tan cool y tan bueno que, claro, despierta dudas en el colectivo de héroes, que rápidamente se organizan para darle una ‘cálida’ bienvenida al mismo tiempo que tratan de desenmascararle… Sólo para encontrarse con el mayor de los ridículos al presentarse ante un Muerte que usa a los medios para su propio beneficio y para darle un mayor altavoz a su agenda,
«Hoy, Muerte os ofrece su siguiente dádiva«
Mientras, las naciones bajo el mando de Muerte comienzan a pensar en los beneficios que puede traerles esta nueva situación y la humanidad, al principio asustada por verse en manos de un maníaco, comienza a perdonarle sus ‘pequeñas faltas’ a cambio de la comodidad y la prosperidad que se anuncian desde el horizonte… Es curioso lo que llegamos a admitir y tolerar a cambio del soborno adecuado, ¿no? Lo que quizás no sepa toda esta gente (pero puede que Ryan North sí que haya pensado) es que ya nos explicó Jason Aaron al principio de su estupenda etapa al frente del Doctor Extraño que la magia se basa en el equilibrio y que cada conjuro tiene un precio. Si haces magia como para poner a tus pies a los dirigentes de las naciones de medio mundo algo tendrás que haber pagado, si conjuras con la suficiente fuerza como para alterar el ADN de cada célula de uno de tus más antiguos enemigos… Tiene que haber un precio asociado.

Un Mundo Bajo Muerte #2
¿Será el pago de estas deudas lo que haga que más adelante la balanza se decante del lado de los héroes de nuevo? Todavía es muy pronto para ello, pero no lo es para ver las más que obvias similitudes con lo que acontece actualmente en la que era hasta hace nada la primera potencia del mundo. Un maníaco, con promesas vacías cuyo precio se esconde a plena vista de sus defensores, se ha aupado al poder y la ciudadanía, lejos de tratar de enfrentarse a él desde la lógica y el raciocinio, ha entrado a saco en sus tácticas de respuesta sentimental y descerebrada. El resultado es el de una nación que se va deshilachando mientras el resto de potencias se frotan las manos y se preparan para recoger las migajas del mundo que quede más allá de su implosión. Marvel vuelve a ser la cronista de una época confusa. Sólo espero que sobreviva al fin del imperio en e que nació.
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