«Salvar una vida es salvar el mundo, decían mis maestros«

Cuando estaba preparando este artículo y pensaba qué título ponerle he caído en que, muchas veces, el pecado es cosa de un momento, de una decisión errada en un instante determinado que tiene unas consecuencias más o menos grandes. Sin embargo, la redención es algo mucho más largo. De hecho, más que de la redención, la mayor parte de las veces hablamos del camino hacia la misma que un individuo emprende para pagar por su(s) pecados(s) y lograr el perdón y el nuevo comienzo que éste le otorga. Es decir, uno puede cometer un pecado en un momento determinado y luego pasarse el resto de su vida transitando el camino que lleve a su redención. Y esto es así porque el perdón de los demás puede llegarnos en el momento siguiente a haber cometido el pecado, pero la verdadera absolución no llega hasta que uno no logra perdonarse a sí mismo. Y justo ahí esta la verdadera dificultad de todo este asunto.

Porque para que uno se perdone a sí mismo no basta con contar con el perdón de los demás, porque cada uno nos medimos con una vara de medir muy distinta y concedemos a nuestras acciones un peso muy diferente. Tanto que el mismo pecado puede no ser tal para una persona y la más pesada losa para su prójimo. Para que uno se perdone a sí mismo sus ojos han de estar bien abiertos. Al relativismo del que hablaba antes y al camino de redención que ha recorrido ya y el que puede que le quede por recorrer. Y justo de todo esto que os comento es e lo que va esta segunda entrega de Siempre Patrulla-X que ha puesto a la venta en nuestro país la gente de Panini.

«Mi corazón es acero fundido. La rabia me consume«

Magneto es un personaje profundamente ligado a sus pecados. El Amo del Magnetismo ha matado a más gente de la que puede contar en pos de la guerra que siempre ha mantenido con la raza humana por la supuesta supremacía de los mutantes y para lograr una paz según sus condiciones. Sin embargo, desde hace años, Erik se ha embarcado en un viaje de perdón que le ha llevado a formar parte de los más variados equipos de hombres y mujeres X. Ha dirigido Utopía, ha albergado una parte de la fuerza Fénix en un intento de devolver a los mutantes la capacidad de valerse por sí mismos cuando apenas queda un par de centenares de ellos sobre la faz de la Tierra, se ha sentado en el Consejo Silencioso, ha viajado a Arakko para ayudar en su gobierno y, finalmente, ha entregado su vida para que las gentes del planeta rojo puedan ver un nuevo amanecer tras la invasión de los Eternos al planeta vecino a nuestra Tierra.

Siempre Patrulla-X #2

Pero nada de esto basta a ojos de un Magneto que sabe lo que pesa cada uno de sus pecados. El infierno en el que lo encuentra Tormenta se lo ha creado el mismo en un intento de expiar sus faltas y para sacarlo de allí a Ororo no le va a quedar otra que ayudarle a abrir los ojos a las muchísimas grandes obras que ha realizado desde que comenzó su camino hacia la luz. Puede que la batalla para volver a ver la luz del día del mundo de los vivos comience ahora, pero el verdadero combate, el que de verdad determina si todo el esfuerzo de Tormenta ha merecido la pena, lo contemplamos en esta entrega.