Undead Unluck #3

Undead Unluck #2-3: Complejidades

Undead Unluck #3«Sin justicia ni ambición, no se puede movilizar a nadie«

 

Seguimos adelante con la serie sobre los negacionistas que, si bien parece aproximarse a su final en Japón (con ciento doce capítulos y once tomos publicados), aquí apenas cumple con su tercer tomo en el haber de las buenas gentes de Panini. Entiendo que la tardanza en que una editorial española apostara por ella responde al baile en los puestos del ranking de la Jump en Japón (muy cerca del final de la tabla durante un tiempo) y a la ausencia de versión animada para las aventuras de Andy y Fûko. Personalmente, creo que también ha jugado en contra de esta colección lo enormemente complejo del funcionamiento de sus peleas (no olvidemos que esto es un shonen) debido a cómo funcionan los poderes de sus personajes.  Undead Unluck gana muchísimo en tomo, donde uno puede avanzar y retroceder para entender mejor la trama, pero puede tirar para atrás a mucha gente si no presta demasiada atención a las muchas reglas detrás de cada uno de sus capítulos.

 

Con todo, creo que este manga es de esos que se hace con un nicho de audiencia bastante fiel (me encuentro entre ellos) y que recompensa a quien lo sigue semanalmente (o de forma mensual a través de esta edición española) con una historia diferente, muy deudora de la actual generación de mangas, y con unos personajes únicos y con un gran crecimiento a lo largo de su centenar de capítulos. En cuanto a la adaptación a una versión animada, al margen de las dificultades que pueda entrañar la tendencia de Andy a llevar ciertas partes de su cuerpo colgando fuera de la ropa, entiendo que quien disponga de los derechos para la adaptación estará esperando a que la serie termine, ya que será considerablemente más fácil trabajar con un producto que se sepa cuánto va a durar desde el primer capítulo.

 

«Tú y sólo tú sabes qué es lo correcto«

 

El primer tomo de Undead Unluck enfrentó a la pareja protagonista con una negacionista del cambio. Una mujer cuyo poder mantenía lo que le rodeaba (y a ella misma) en una suerte de estasis eterno que la ‘impedía’ envejecer, de una manera parecida a lo que le pasa a nuestro personaje inmortal. Sin embargo, esta batalla, hecha para que Andy y Fûko se hicieran con un nuevo puesto en la mesa de Union resaltaba la necesidad y la belleza del continuo cambio en la historia de la humanidad. La segunda entrega de la colección, sin embargo, nos ha llevado a un pueblo en el que este cambio se ha acelerado hasta convertirse en una degradación constante de los cuerpos de los humanos que en él vivían, ahora reducidos a una suerte de zombies al servicio de la criatura que se ha instalado en su interior. Los protagonistas acuden con Shen para tratar de capturar a la criatura y allí descubren que la esperanza y la capacidad parta imaginar un futuro mejor de los críos pueden ser claves para enfrentarse al monstruo. Sin embargo Andy se ve obligado a dejar libre a Victhor, su personalidad original que permanecía sujeta por la tarjeta que lleva clavada en la frente, para derrotar a la amenaza y éste, una vez liberado, se convierte en una nueva amenaza para todos los que le rodean.

 

Undead Unluck #3

Undead Unluck #3

 

Victhor será una pieza clave en la historia que desarrolla Undead Unluck, pero ya conoceremos más adelante más datos sobre él. Por el momento, me recuerda a caracteres como el del Zorro de Nueve Colas de Naruto, que no dejan de ser manifestaciones de la rabia, el miedo y la soledad que a veces llevamos dentro y que los adolescentes, verdadero público objetivo de estos cómics, expresan tan a menudo. La lucha contra estos seres (y su posterior aceptación) son parte del crecimiento natural de los personajes de la misma manera que la aceptación de estas facetas de nuestra personalidad nos acompaña en el camino hacia la edad adulta. Undead Unluck demuestra también con estos temas tener muy presente a quién se dirige y el mensaje que quiere mostrar… aunque lo haga de una manera un tanto retorcida y complicada en ocasiones.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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