La Guarida

La Guarida: Indefinidos

Neil Marshall firma un discretísimo título de serie B solo disfrutable si se ve en compañía y encarándolo desde la parodia. Fuera de eso, su visionado se hace terriblemente cuesta arriba. Más allá de su trabajo en reputadas series como Juego de Tronos o Hannibal, la carrera del director británico parece haber involucionado en los últimos años, sobre todo desde que no escribe sus guiones en solitario (aquí comparte crédito con la actriz Charlotte Kirk).

 

No se trata de una cuestión de expectativas, porque uno ya sabe a lo que enfrenta al ver La Guarida, la premisa da poco margen a la imaginación: Una militar, herida durante una misión en Afganistán, se refugia en un búnker abadonado que resulta albergar a unos monstruos con con mortales intenciones. Acción, violencia, gore festivo y terror. Y eso es justo lo que nos da durante el primer tramo de metraje… lo que dura la premisa inicial.

 

Charlotte Kirk

 

En el momento en el que por exigencias de guion se ve obligado a sacar a la protagonista del terrorífico búnker, la película se viene abajo. Ambas -película y protagonista- se atrincheran a la espera de que los monstruos ataquen de nuevo, pero sin un plan en mente. Ante tal panorama los minutos parecen convertirse en horas sin que nadie acuda a nuestro rescate.

 

Solo afrontando la propuesta en clave de comedia (no pretendida) se puede sobrellevar su visionado, puesto que de otra manera no se entiende que cada miembro del reparto parezca estar en una película diferente. Quizás el más honesto sea Jamie Bamber que con una actuación desatadísima parece consciente de lo descabellado que resulta todo. Pero choca sin frenos con una Charlotte Kirk con una energía más propia de un thriller de acción de Ridley Scott o un Leon Ockenden recién salido de una sitcom de la BBC. Una disparidad de tonos imposible de empastar.

 

Ese es el gran problema de La Guarida: Cada cual parece hacer la guerra por su lado. Una película puede no definirse por uno u otro género, pero tener unas intenciones claras. Esto no lo vemos en el filme de Neil Marshall, que no sabe qué quiere ser.

Acerca de Daniel Lobato

Avatar de Daniel Lobato

El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

Deja un comentario:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados