Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos

Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos: Un blockbuster marvelita

Para Kevin Feige y Marvel Studios las apariencias lo son todo. Con la fórmula perfeccionada al extremo y sin signos de agotamiento a la vista de la misma (funciona igual de bien que la Fórmula Infinito que tomaba el comiquero y original Nick Furia), el camino pasa por expandir mercado y explorar otros conceptos. Las series están focalizadas en lo segundo (ahí están los ejemplos de Bruja Escarlata y Visión y, en menor medida, de ¿Qué pasaría sí…?), mientras que el cine ha tomado como misión que cada uno tenga su propio héroe.

 

Awkwafina y Simu Liu

 

En esta idea de globalizar a sus personajes y que todo el mundo se vea representado y siguiendo el exitoso modelo de Black Panther, la compañía ha posado su mirada en Shang-Chi, personaje surgido durante el esplendor del explotation setentero, vástago de Fu Manchú y maestro de kung fu, pero que con los años fue perdiendo fuelle hasta quedar relegado a un estatus marginal, con apariciones aquí y allá, pero casi siempre con un carácter secundario (en los Vengadores de Jonathan Hickman logró tener relativa importancia).

 

Un personaje de discutibles orígenes (en lo relativo a lo estereotipado de los mismos, que en la sociedad de 2021 podría tacharse de racista), pero con gran potencial para que el público asiático (y chino en particular) tenga un referente en el universo cinematográfico Marvel. La idea es buena, permite abrir nuevos territorios a explorar y servir de puerta de entrada a un montón de nuevos personajes. ¿El problema? Una excesiva occidentalización que -obviamente- molesta al que a priori es su target principal. La película de Destin Daniel Cretton presenta a un protagonista que rehuye y esconde su herencia cultural. Sí, luego hace un viaje de autodescubrimiento y se reencuentra con quién es. ¿Pero cuántos personajes anglosajones o europeos pasan por el mismo recorrido? Es decir, ¿cuántos personajes norteamericanos se presentan escondiendo sus orígenes? Hay -sin mala intención- una excesiva condescendencia hacia Shang-Chi porque su retrato se hace desde una mirada occidental que interpreta la cultura china. Son comprensibles, pues, las posibles reticencias hacia el personaje.

 

Simu Liu

 

Este, sin embargo, es el único foco conflictivo de una película que deja la exerimentación a un lado y se plega a los estándares del blockbuster marvelita. Y funciona a las mil maravillas. Historia de orígenes asentada sobre un drama familiar y una aventura cargada de misticismo, un villano carismático de por medio, hace y deshace lo visto en su referente comiquero a su antojo, cameos sorpresivos que nos reconcilian con cierto título protagonizado por Iron Man y las obligadas dosis de comedia marca de la casa. Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos da lo que se espera de ella.

 

Además del trabajo actoral (donde además de Awkwafina y Simu Liu destaca la caracterización de Tony Chiu-Wai Leung) o del imaginario visual que ofrece el filme en el último tercio de la aventura (y que está por ver si tiene recorrido en el multiverso que se empieza a expandir en la franquicia o quedará acotado a este rinconcito), uno de los aspectos más interesantes de la propuesta de Daniel Cretton radica en la forma de fusionar dos concepciones del cine de artes marciales tan dispares -sobre el papel- como son el lirismo del wuxia (donde se enmarcarían filmes como Tigre y dragón) y las luchas acrobáticas con ese punto circense o de slapstick que nos llevan a pensar inmediatamente en Jackie Chan. Lejos de abusar de las peleas y sus coreografías, la película las usa como un estimable recurso y no pierde la realidad de lo que es: un blockbuster marvelita.

 

Michelle Yeoh y Simu Liu

 

Shang-Chi ha llegado para quedarse.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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