Voy a ser completamente sincero. No he visto Wicked en teatro. Sé que es uno de los musicales más populares e importantes de los últimos años y que su adaptación cinematográfica una de las más esperadas. Es algo a lo que tengo que poner remedio cuanto antes, y también con otros tantos musicales, para poder tener una opinión más elaborada sobre su adaptación al mundo del celuloide. Pero eso será en otras aventuras. Y para no andarme por las ramas solo puedo decir que Wicked – Parte I es una absoluta maravilla. Hablando con unos y con otros, viendo algunos vídeos por internet y leyendo su argumento solo puedo decir que se ha respetado completamente todo lo que tiene que ver con Wicked. Y para conseguir eso se ha recurrido a que toda la obra este escrita y compuesta por sus creadores originales Winnie Holzman (libreto) y Stephen Schwartz (música) y lo que han hecho ahora, con todo el potencial que permite el cine, es ampliar todo lo que tenían en su cabeza para darle todo el sentido y los mejores momentos a la historia de Elphaba y Glinda. El resultado, como ya he dicho antes, es una autentica maravilla que llenará los corazones de quienes la disfruten y querrán seguir el camino de baldosas amarillas hasta llegar al estreno de Wicked – Parte II en 2025.

Para que quien no lo sepa, Wicked arranca con la muerte de la malvada bruja del oeste, pero con la diferencia en que seremos testigos, a través de la narración de Glinda, la bruja buena del sur, como se conocieron y que las llevó a separarse. Con esta premisa arranca una cinta que conseguirá en todo momento que no pierdas la vista de la pantalla, que tus piernas se muevan en la butaca y que salgas de la sala de cine con ganas de no parar de escuchar las canciones que suenan en la cinta. Pero que tiene todo su peso en la historia, en sus personajes y en sus canciones. Y es que los personajes ya son conocidos por todos por El mago de Oz, donde ya se nos presentaban a las brujas, pero en otro contexto. Y eso lo haremos a través de sus canciones. Las canciones de Wicked – Parte I van narrando la historia y a la vez nos van a ir dando pistas de los personajes y las ambiciones que tienen. Sin duda alguna, con el cambio al cine, todas y cada una de ellas brillan mucho más por no tener limitaciones técnicas y de espacio. Canciones como What is this Feeling?, Popular o Defying Gravity se convierten en auténticos himnos épicos donde la limitación es la que se pongan los propios creadores. Son canciones que estaréis tarareando sin parar.

Y todas esas canciones mueven la historia. Y es que la historia de Wicked – Parte I es de esas importantes que te dejan reflexionando. Quizás, y más en los tiempos que corren, el más importante es no tratar a nadie diferente por su color de piel, su nacionalidad o sus creencias. Ese es el mensaje más importante que la cinta lanza, pero luego tenemos muchos más, como intentar luchar por tus sueños por complicados que sean, la amistad que puede mover montañas y surgir entre las personas más inesperadas y las falsas creencias. Este ultimo ya estaba presente en El mago de Oz donde se desmontaba el mito que el “gran mago de Oz” era capaz de conceder el mayor deseo de todos, y que al final somos nosotros mismos por nuestro empeño, nuestra constancia y nuestra cabezonería que conseguimos alcanzar ese deseo tan especial. Pero también hay un tema muy complicado que creo que hace que Wicked – Parte I sea tan importante y es como el bien es capaz de crear el mal con tal de buscar ese villano al que tenemos que perseguir. Pero la gran pregunta es: ¿somos todos buenos o tenemos esos grises que generan ese mal?

Y para contar todo esto, detrás de las cámaras tenemos a Jon M. Chu. El directos estadounidense ha dirigido películas como Crazy Rich Asians o En un barrio de Nueva York, y aquí deja todo al servicio de sus actrices protagonistas que están increíbles. Cynthia Erivo como Elphaba consigue convencer en todo momento. Tiene, quizás, los momentos más emocionales y sentimentales de la película, en especial, uno que se desarrolla en una especie de discoteca y otro en el final de la cinta. Todo ello consigue poner los pelos de punta. Y luego tenemos a Ariana Grande. La cantante está en su salsa dentro de la obra. Es un terremoto al que no se puede detener y únicamente tienes que observar y disfrutar igual que ella ha disfrutado con el papel. Ariana no para quieta en ningún momento e impregna a todos con esa energía. Es una de las grandes sorpresas del año.

Wicked – Parte I vuelve a poner en boca de todos a los musicales. Es un genero que Hollywood, y el mundo en general, tiene olvidado y no son capaces de ver lo que puede conseguir. Divertida, emotiva, épica y triste son algunos de los adjetivos que se le pueden poner a esta adaptación cinematográfica. Un triunfo absoluto que solo nos permite esperar con muchas ansias lo que será la conclusión de este viaje en 2025. Una joya.