Condicionada por una suerte de sinestesia que le hace ver a las personas según el color que desprenden, Totsuko tiene como mayor anhelo descubrir cuál es su color, el único que no puede ver. Guiada por esa búsqueda, entabla amistad con Kimi, compañera de clase, y con Rui, con quienes monta una pequeña banda.
La premisa de la nueva película de Naoko Yamada (A silent voice) tiene potencial como slice of life gracias a las circunstancias de cada uno de los personajes. Y, sobre todo, a nivel visual, debido a las enormes posibilidades que ofrece narrar desde la perspectiva de Totsuko jugando con la representación de personas y emociones a través de los colores.
¿El problema? Que el potencial se queda en el papel. El desarrollo posterior convierte sus interesantes ideas en una historia anodina. Ninguna de sus ideas se aprovecha o explora como es debido, quedándose en tratamientos superficiales o acotándose a escenas muy concretas. Así, ni colores, ni música, ni conflictos personales.
El hilo que conduce los viajes del trío protagonista, la música, parte como excusa para que se junten, pero luego no tiene mayor trascendencia y apenas tiene incidencia en la propia película, quedando los temas musicales acotados a un medley al final de la aventura. Y tampoco tiene peso narrativo, porque los conflictos de Rui y Kimi, que en teoría tienen en su afición a la música uno de sus ganchos, no son tales conflictos, sino imaginaciones suyas derivadas de sus propias inseguridades… inseguridades en las que -como estáis imaginando- tampoco se profundiza.
¿Y qué hay del color y Totsuko? Más de lo mismo. Los animadores crean algunas escenas realmente bonitas y de manera esporádica nos hacen ver las cosas tal como las percibe Totsuko, pero poco más. Y es un personaje que también tiene miga porque, ¿qué hace estudiando como interna en un colegio católico teniendo a su familia relativamente cerca? Este es el gran drama de Tu color, plantea situaciones y preguntas, pero no aborda ninguna.
Tu color es una propuesta bonita de ver, pero sin contenido. Es como ver una pintura y reparar solo en el marco.
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