Respire

Respire: Claustrofóbica adolescencia

Mélanie Laurent ha madurado como realizadora tras su primer largometraje The adopted. Si hace tres años se involucraba en una familia, ahora se sumerge en la adolescencia de la forma más brutal. Así las inseguridades y los miedos de estos años afloran mejor en la sala. La también actriz francesa sitúa su nueva trama en una ciudad pequeña. Dibuja un entorno austero –la fotografía se encargará de captar los tonos tierras y grises– donde vive Charlie (Josephine Japy), una joven bastante introvertida. A su instituto llegará Sarah (Lou De Laage), una chica nueva que no la dejará indiferente. Es atrevida, saca partido de su poder seductor con sus transparencias, su maquillaje y su encanto cautivador. A Charlie le fascina una persona tan antagónica a ella, que viste siempre sin nada llamativo y se peina con una coleta baja. Las dos entablan una amistad muy pronto y son confidentes la una de la otra; ambas tienen problemas en casa pero les plantan cara de diferente manera. Entre confesiones comienzan una relación de destrucción: Sarah toma el papel de maltratadora psicológica mientras que la otra joven acepta anularse por admiración a su amiga perfecta. Aunque pronto hallará lo que se esconde ante la fachada de esa chica diez.

 

Josephine Japy, Lou De Laage, Respire, Mélanie Laurent

Josephine Japy y Lou De Laage son las protagonistas de Respire

 

Las jóvenes actrices quedan perfectas y la simbiosis final es tan excelente como atractiva. La belleza de Japy es más etérea y dulce, mientras que de Laage es más salvaje y resultona. El dúo cristaliza muy bien las emociones de esta época.La mano de la dirección ha sido muy acertada, y el estilo poético también porque no peca de pretenciosa para ser una directora novel. Prefiere deambular por una narrativa rutinaria sin necesidad de florituras, algo que en una película indie juvenil sería el recurso fácil. Su lirismo no chirría: le da más bien un toque nostálgico con las luces apagadas y los atardeceres al salir de clase. O incluso con las iluminaciones oscuras y sugerentes de las noches de fiesta, donde el ambiente de entusiasmo resulta paradójico con lo que padece la protagonista en su interior.

 

En la historia, basada en el libro de Anne Sophie Brasme, lleva al desaliento por mucho que el título declare lo contrario. Charlie se ahoga por fuera porque es asmática y por dentro dado el calvario que sufre en forma de vacío. Y como ella, al espectador también le falta el aire.

 

Respire, Josephine Japy, Lou De Laage, Mélanie Laurent

Japy y De Laage en una imagen de Respire

 

Laurent sabe captar con tino las emociones de esta etapa de la vida y desde la perspectiva más dura: con bullying, envidias, mentiras, etc. Además acierta con los tiros de cámara, a veces tan cercana que cohíbe y otras con travelling para agotar también al espectador, o hacerles partícipe de la tortura de Charlie. La realizadora seduce al público atrapándole con un espléndido y desalentador relato. El trabajo final es una cinta con clase que sabe transpirar el maltrato psicológico tan típico de las aulas de secundaria.

 

Es necesario obedecer al título: tomen una bocanada grande de aire y vayan soltándolo en los cien minutos de metraje. Y no lo lamentarán.

Acerca de María Aller

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Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

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