Batman: El Mundo

Batman. El Mundo: Gira mundial murcielaguil

Batman: El Mundo«Me preocupa, señor Wayne, más de lo habitual«

 

Corre el riesgo el álbum de Batman: El Mundo de pasar por una aventura del Caballero Oscuro escrita y dibujada por el insigne Paco Roca del bombo que le han dado desde ECC a su colaboración. Sin embargo, sin minusvalorar la excelente aportación de uno de nuestros más aplaudidos autores a nivel nacional e internacional, este cómic va mucho más allá de una simple aventura. Batman: El Mundo es una recopilación de catorce historias que suceden en otros tantos países y que han sido escritas y dibujadas por guionistas y artistas de todas esas nacionalidades. Batman: El Mundo es un homenaje al guardián de Gotham por parte de un ilustre grupo que representa a sus fans a lo largo y ancho del globo terráqueo.

 

Y lo que vemos en este álbum es de lo más interesante. Muchas veces, cuando se intenta sacar adelante un proyecto como éste, vemos colecciones de historias edulcoradas y/o panfletarias que apenas sí nos dicen algo. En Batman: El Mundo, aunque alguna de estas historias (o algún momento dentro de ellas sí que hay) nos encontramos con unas aventuras que sacan al personaje de su medio habitual para desarrollarlo en otros escenarios y otras que, directamente, retuercen ligeramente al héroe para convertirlo en un carácter propio de la literatura en viñetas del país en el que se desarrolla la trama. La riqueza del resultado final, como se puede predecir por estas líneas, es asombrosa e invita a repetir la experiencia en futuras ocasiones (con éste o con otros héroes y villanos de la casa), permitiendo que los nombres que todos los aficionados a los cómics tan bien conocemos puedan ser reinterpretados según las sensibilidades cambiantes de tal o cual lugar del mundo.

 

«¿Conviertes la vida de los estadounidenses en una pesadilla?«

 

Comienza el viaje del murciélago en Estados Unidos y lo hace de la mano de Brian Azzarello y Lee Bermejo. Esta historia se puede entender tranquilamente como una introducción de lo que nos espera, tiene la calidad indiscutible de los dos gigantescos nombres que firman esta historia, pero no deja de ser otra historieta más de las muchas que hemos leído suyas en DC. El viaje de verdad comienza en Francia, con un relato escrito por Mathieu Gabella y dibujado por Thierry Martin que desprende un intenso aroma a bande desinée de la primera a la última viñeta con un simpático enfrentamiento entre Batman y Catwoman que bien podría haberse enmarcado en la no-boda que nos jodió la vida a muchos lectores hace algún tiempo. De París saltamos a España, y a Paco Roca, y a un relato que me ha gustado especialmente, con un Bruce Wayne de vacaciones que se comporta como esperaríamos que se comportara cualquier guiri en la costa mediterránea, dándole al personaje un descanso que quizás nunca haya tenido en sus más de ocho décadas de historia.

 

Batman: El Mundo

Batman: El Mundo (capítulo de España)

 

Tras su paso por nuestras costas, el héroe se marcha a Italia, para protagonizar una historia que tiene sabor a Dylan Dog (no en vano Alessandro Bilotta y Nicola Mari han paseado por las páginas de este personaje del cómic italiano) y que parece esperar una continuación. Continuación que no vemos cuando nos vamos a una Alemania nevada que retratan Benjamin von Eckartsberg y Thomas von Kummant, dos artistas que presentan una trama mucho más anclada en las ansiedades del ser humano de hoy en día y que se permiten el lujo de hacer bastante más protagonista al Joker que al Hombre Murciélago. Sin movernos de Europa, el cómic viaja a continuación a la República Checa para contarnos una aventura que me ha parecido más genérica, pese a anclarse claramente en el país del que son originarios sus autores (Štěpán Kopřiva y Michal Suchánek), con un villano y una confabulación que no nos resultan especialmente innovadoras.

 

«Puede que, al final, se haga justicia con todas nuestras hermanas«

 

Llegamos entonces a Rusia y me encuentro con una de mis historias favoritas de este cómic. escrita por Kirill Kutuzov y Egor Prutov y dibujada magistralmente por Natalia Zaidova, mezcla realidad y ficción de una manera muy interesante y deja un regusto muy agradable en la boca. Tras ésta, llegamos a una de las pocas tramas que no me han interesado en absoluto en este cómic. La aventura de Batman en Turquía (escrita por Ertan Ergil y dibujada por Ethem Onur Bilgiç) podría figurar en una guía de viajes y se centra más en contarnos lo bonito que es este país que en hablarnos del personaje que la protagoniza, con todo, la historia acaba con una referencia al Batman NuDC que invita a pensar en continuaciones. Algo parecido pasa con el relato que transcurre en Polonia, Tomasz Kołodziejczak escribe una aventurilla que bien podría ser una historia de complemento de cualquier Detective Comics… pero con el discurso de sede de turismo de Varsovia que, quizás, le estaría sobrando. El dibujo de Piotr Kowalski también podría aparecer en cualquier cómic oficial de la editorial norteamericana.

 

Batman: El Mundo

Batman: El Mundo (detalle de la portada del capítulo de Corea del Sur)

 

Me gusta mucho más el viaje de Batman a México. Alberto Chimal y Rulo Valdés mezclan crítica social, heroísmo y folclore para dar pie a un capítulo interesante y llamativo. También de crítica social tiran Carlos Estefan y Pedro Mauro para su entrega en el escenario de la corrupta clase dirigente de Brasil, de crítica y de reivindicación hacia la figura de los héroes anónimos, que dan su vida por que las gentes de su patria puedan tener un futuro mejor. Y de Sudamérica saltamos a Asia, para los tres desiguales capítulos que cierran este tomo. El primero, centrado en Corea del Sur y con guión de Inpyo Jeon y un interesante dibujo de Jaekwang Park y Junggi Kim (que también está detrás de la fabulosa portada de este capítulo), se hunde en la mitología del Caballero Oscuro y nos ofrece un relato totalmente creíble en un escenario claramente influido por la tradición coreana. Del segundo, ambientado en China, escrito por Xu Xiaodong y Lu Xiaotong (¿en serio han hecho falta dos guionistas?) y dibujado por Qiu Kun, el mejor favor que puede hacérsele es olvidarse de él rápidamente. Y el tercero y último, el japonés, deja bien claro que no es fácil convencer  a una editorial nipona de que ceda a uno de sus artistas. Yuichi Okadaya, quien se ocupa por completo de este capítulo, es poco o nada conocido más allá de las fronteras de su país. Normal que DC esconda este insulso capítulo al final del cómic.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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