Tratos fáusticos, deseos -y sacrificios- carnales, la relatividad del libre albedrío… la tercera y última parte del oscuro y erótico thriller de María Llovet y Brian Azzarello mantiene muy viva la llama de los temas sobre los que ha pivotado la obra hasta el momento, pero para este clímax definitivo suben más la temperatura y abrazan los excesos de la locura. Los deseos y las pesadillas se funden en una realidad que ya no precisa de metáforas evocadoras o sutiles ambigüedades, sino que se gusta en la perversión y la carne. Sus ideas se pueden tocar; se sufren y se disfrutan.
«Y eso me hizo pensar: ¿vivir duele?«
Desenmascarados personajes e intenciones de cada uno, este tercer volumen, con Faith y Louis por primera vez cara a cara, se sumerge en una reflexión sobre el arte y el proceso de creación. Lo hace tanto desde la perspectiva del ego y la crítica, como de la propia relación del creador con su obra. Envidia, codicia, celos… Pecados e impulsos egoístas en pos de la satisfacción del momento, Llovet y Azzarello conducen -que no arrastran- a sus personajes por la senda de las tentaciones y sus altos (y terribles) costes; pero los personajes, con Faith a la cabeza, son plenamente conscientes del camino que recorren, dándole un poder inusitado respecto a su particular Mefistófeles.
En lo visceral y provocativo de la puesta en escena de su discurso Faithless evoca -quién sabe si formó parte de sus referencias previas- a Madre! de Darren Aronofsky. Ambas obras dialogan sobre creadores y creación desde la doble perspectiva del artista y la teológica. Obviamente el filme de Aronofsky tenía unas inquietudes más autorales que las del cómic, cuya principal preocupación es ofrecer un relato más «terrenal» en el que lo simbólico tenga un papel complementario en una primera lectura. Pero el ejemplo expuesto sirve para hacerse una idea aproximada de los temas y tono que se suman a la experiencia de Faithless en esta última entrega de la serie.
Sin ahondar demasiado en el argumento -pues ofrece giros y situaciones que es mejor disfrutar desde el descubrimiento y la sorpresa- Faith y Louis descubren en este volumen que se parecen mucho más de lo que quieren reconocer. Lo temen, pero lo disfrutan; aún a costa de las terribles heridas (en ellos y quiénes les rodean) que pueden causar. Entre ellos todo se resume en el dilema de resistirse o no a la tentación… o de ver quién se resiste más.
En su conjunto Faithless es un viaje retorcido, sexy y morboso. Cargado de perversión y magnetismo, pero también de unas interesantísimas reflexiones sobre quiénes somos y sobre nuestros deseos.
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