«¡Muramos juntos nene!«
Pretendía esperar a la segunda entrega de este díptico sobre las colaboraciones de Enrico Marini para DC que ahora publica ECC para escribir mi reseña, pero la verdad es que he disfrutado tanto de la lectura de Batman: El Príncipe Oscuro que bien merece la pena echar un rato frente al teclado para recomendar este fino tomo con aroma a artículo de coleccionista.
Lo primero que debéis saber es que Marini es un artista suizo (Liestel, 1969) que lleva más de treinta años en el mundo del cómic. Su estilo, fiel al cómic europeo, le ha valido multitud de alabanzas y sus obras El Escorpión y Las Águilas de Roma (publicadas en España por Norma Editorial) funcionan a las mil maravillas más allá de los Pirineos. El año pasado DC le propuso hacer un alto en sus proyectos actuales para escribir una historia corta sobre el Caballero Oscuro y el creativo no pudo decir que no. El resultado, que en Norteamérica lleva el título de Dark Prince Charming, llega ahora a nuestras estanterías en formato cartoné, tamaño europeo (olvidaos de llevarlo en el autobús) y por 12,95 euros el tomo, un precio asequible por esta maravilla a todo color.
«¿Ahora vapeas? Estás ridículo«
Personalmente, creo que estos escarceos del cómic americano con el europeo (o del americano con el japonés o cualquier otra combinación) son muy sanos. Aunque cada uno de los tres grandes mercados sueñe en su intimidad con copar las ventas mundiales y trate de acercarse al resto para mimetizarse con ellos y, con suerte, medrar entre sus lectores, la cruda realidad es que las maneras de estos tres mundos son tan distintas que difícilmente eso llegará a pasar algún día (y si pasara sería una muy mala noticia). En lugar de eso, cada uno de estos cruces enriquece a ambas partes. Es como en este caso: DC se lleva para casa una historia que es de Batman y a la vez es reflejo del estilo europeo, es decir, es algo distinto a lo que suelen hacer y, por tanto, un ejercicio interesante. Y Marini se lleva para la suya la experiencia de haber colaborado para una de las grandes editoriales del mundo de la viñeta. Quién sabe si dentro de unos años, el gusanillo que le ha picado con esta colaboración eclosiona en una relación laboral más duradera con el cómic norteamericano.
El cómic que nos ocupa hoy se trata de una historia detectivesca típica de las del hombre murciélago en la que Marini va introduciendo puntualmente ciertas divergencias que nos hacen ver que este se trata de un mundo totalmente distinto al que DC nos tiene acostumbrados. Es algo que está más allá de la línea Otros Mundos, es una reimaginación del Caballero Oscuro por parte de un fan suyo a miles de kilómetros de distancia. El valor de este cómic es, pues, directamente proporcional a la cantidad de pequeños detalles que contiene y al cariño con el que ha sido concebido.
Un apartado aparte merece el dibujo, que me recuerda a los storyboards que he contemplado en ocasiones sobre las películas o los videojuegos del personaje. Ilustraciones como la que adorna este artículo dan una idea del talento del autor, que vislumbra una Gotham lóbrega pero hermosa en la que los personajes, de trazo realista y bello, danzan al ritmo de una música de plomo y sangre. Este primer tomo de Batman: El Príncipe Oscuro no hace sino dejarnos con muchas ganas de más. Un aplauso para los alumnos de intercambio de DC.
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