Recuperamos la peculiar etapa de Wonder Woman metida en lides vikingas en el contexto deceíta de Frontera Infinita que ECC nos trajo en formato rústica hace ya algún tiempo. Y aunque la etapa parezca que vaya a quedar inconclusa por parte de la editorial española (ya anunciaron el parón en la publicación para retomar con la llegada de Tom King y Daniel Sampere), no está de más reseñar esta interesante aventura.
«Vengo en busca de las valquirias…»
¿Qué necesitamos saber para embarcarnos en esta aventura nórdica de la mujer maravilla? Realmente nada. Wonder Woman se sacrificó para salvar el mundo y ha dado con su espíritu en el Valhalla. Qué hizo o por qué son cuestiones que el guion de Becky Cloonan y Michael W. Conrad ni siquiera se plantean, parten de la premisa de que Diana está en un más allá (que no el suyo) y a partir de ahí construyen un relato sobre cómo ha acabado una divinidad griega entre vikingos y qué debe hacer para volver al panteón que le corresponde.
Y aunque de primeras pueda resultar chocante ver a la amazona en un escenario tan diferentes al suyo, lo cierto es que le sienta de maravilla. La experiencia de Cloonan en obras como Conan se nota mucho al conformar una historia que casa a la perfección con los modos del relato de aventuras y la fantasía heroica, mucho más que con los modos propios del género de superhéroes.
Esta Wonder Woman es una guerrera. Mantiene intacta su virtud heroica (no duda en ayudar a quien lo precisa), pero disfruta combatiendo en el campo de batalla sin más ayuda que la de su acero y disfruta aún más de los placeres que suceden a la victoria. Pero ya sabéis… cuando algo parece demasiado bueno es porque esconde otra cosa. Así, Diana tiene que aparcar la buena mesa y la compañía en la cama para desentrañar dicho misterio y retornar a la senda helénica.
Muy pronto nos damos cuenta de que esta Diana de Asgard tiene fecha de caducidad y que su periplo vikingo está bien acotado. Y es una pena, porque el contexto invita a ser explorado y vivido durante una larga temporada. ¿Imagináis la de aventuras que podría tener Diana enfrascada en una mitología como esta? Cabalgando a Sleipnir, confraternizando con Sif o guerreando contra los jotun. Nos quedamos con ganas, sí, pero también disfrutamos de una historia que ha sabido dar con el tono adecuado, que inspira nuestra imaginación como lectores. Y cuando una obra te invita a mirar más allá y querer saber más acerca de los rincones de su mundo es porque ha hecho las cosas bien.
La aparición de ciertos personajes alejados de la esfera mitológica nos recuerda donde estamos realmente, pero sin llegar a ser una presencia molesta o que distorsione el contexto de la aventura, más cercana al trabajo de Azzarello y Chiang que al de Rucka, por ejemplo. A diferencia de este último, Cloonan y Conrad no intentan conciliar las esferas terrenal y mitológica, sino que ambas conviven en paralelo sin interferir la una en la otra más de lo necesario. Este punto es el que condiciona también cuáles son los «personajes invitados» que actúan en este cómic.
Frontera infinita ha permitido a Wonder Woman jugar y experimentar con diferentes códigos y escenarios. Todo volverá a su cauce antes que después (en el cómic de superhéroes a la larga todo cambio es ilusorio), pero hasta entonces, disfrutemos de los dioses y el valhalla con Diana.
Deja un comentario: