«¿Esto buscas Diana? ¿La bárbara ruina que supone el mundo del hombre?«
Hace cosa de ocho años (allá por 2016) me leí el primer tomo de Wonder Woman: Tierra Uno. Habían pasado unos meses desde que había entrevistado a su dibujante (un excelso Yanick Paquette) y me pareció que esta revisión del personaje de Diana podía llegar a resultar interesante, con un mensaje claro y poderoso a sus espaldas y sin renunciar a la épica. Confieso que han tenido que pasar todos estos años hasta que he leído el resto de la historia, gracias a la nueva edición completa que publica ahora ECC y ahora casi me arrepiento de haberlo hecho. Grant Morrison vuelve a ser demasiado para mí: demasiado complicado, demasiado sobrado y demasiado innecesario y recargado. El mensaje, que tan claro me pareciera en el primer tomo, se va desdibujando por culpa de una (supongamos por el bien del propio autor) ironía tan fina y tan elevada que corre el riesgo de no ser entendida por el más común de los mortales.
Creo que ahí radica mi problema con este guionista (y lo siento por aquellos que le defiendan a capa y espada). Se cree tan listo, tan superior al resto de los mortales, que sólo escribe para quienes puedan seguirle el rollo, o (y esto me saca aún más de mis casillas) para aquellos que están deseosos de sentirse más listos y superiores haciendo creer al mundo que han entendido lo que pretendía contarles este tipo… cuando estoy casi seguro de que la mitad de las veces ni él mismo lo tiene muy claro. Llevo unos cuantos años leyendo historias de este guionista y la balanza está equilibradísima entre las veces que me ha gustado lo que proponía (Batman e Hijo, Joe el Bárbaro) y las que, directamente, habría infusionado sus obras en queroseno (echadle un ojo a su Multiverso, si os atrevéis). Aquí comienza de una manera aceptable, pero tan pronto como en su segundo capítulo la obra pierde el norte, la narración se hace caótica y uno llega a la entrega final con la sensación de que al tipo hace tiempo que se le pasaron las ganas de contar esta historia.
«Ya sabes como nos gusta solucionar las cosas en Esparta«
La trama de Wonder Woman: Tierra Uno se va enfangando cada vez más y más hasta que cada página se convierte en una tortura. Pasaron tres años entre que ECC sacó el primer volumen y cuando el segundo vio la luz en España y otros dos más hasta que el tercero cerró la colección, allá por 2021. El desgaste de la trama cuando uno llega al tercer volumen es desolador. No sé si llega a consolarme que acerara (a medias) con lo que sospeché que sería el hilo sobre el que deslizaría la historia más allá del primer volumen, pero sí que es cierto que he sufrido con todas y cada una de sus últimas treinta o cuarenta páginas. Una auténtica tortura en la que se combate al machismo imperante en nuestra sociedad con un sexismo de acento cambiado que poco favor hace a cualquier clase de mensaje más allá de su lectura irónica (si es que uno es capaz de hacerla). Si uno no es capaz de pillar el chiste, cosa probable, el mensaje es mucho peor y ya no sé si es que el autor cae en el feminismo de cartón de muchos señoros o si, simplemente, se ha fumado algo carísimo y seguramente extinto.
Salva al cómic el apartado gráfico del mismo. Paquette nos regala casi cuatrocientas páginas repletas de imágenes superlativas y guiños al pasado icónico de Wonder Woman. Diana, tanto como princesa como reina de las amazonas, sale beneficiada de su relación con este dibujante canadiense.
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