Seguimos con el 2×1 en el seguimiento de las aventuras de la Wonder Woman de Tom King y Daniel Sampere en un par de capítulos muy diferentes entre sí; de tal manera que Wonder Woman #7 engloba los últimos coletazos del tie-in de la amazona con Absolute Power, mientras que Wonder Woman #8, retomando la saga del soberano, se eleva como uno de los episodios más trascendentales de la historia del personaje.

 

«Me merezco el calor y el océano y los árboles. Y a ti«

 

Con WW #7 podemos hacer un copia/pega de lo expuesto en el anterior articulo dedicado a la colección. Cruce intrascendente y descontextualizado que podría haberse publicado al margen de la colección, pero que nos descubre un team-up tan inesperado como divertido: el de Damian (Robin) y Diana. El interés de este tie-in con Absolute Power descansa en cómo se construye la relación entre ambos personajes, necesario para generar interesantes matices en la dinámica que existe entre el propio Damian y Trinity, la hija de la amazona.

 

Pero lo ya dicho, si vais solo a la trama principal de la serie, WW #6-7 son dos números que os podéis ahorrar sin sufrir arrepentimientos futuros.

 

Y así, superado el peaje editorial, de nuevo con Sampere a los lápices, Wonder Woman presenta el que quizás sea el capítulo más importante de la etapa (solo la muerte traumática y heroica de la semidiosa podrá igualarlo) y, sin duda, el más relevante para la mitología del personaje desde que Brian Azzarello convirtiera a Diana en hija de Zeus (aunque luego Greg Rucka gestionase un sí pero no). Un número que supone, además, la inclusión de Wonder Woman en la iniciativa All in de la editorial (que no es más que el arranque fase, como fueron Renacimiento o Frontera infinita, y que a nuestra heroína no le trastoca los planes).

 

 

Wonder Woman #8 incluye dos entregas de la edición norteamericana, aunque el primero de ellos bien podría haber sido presentado en solitario por su importancia. ¿De qué se trata? Nada menos que de dar respuesta al mayor interrogante con el que nos sorprendieron Sampere y King: ¿Quién es Trinity? Obviamente sabemos que es la hija de Diana, pero ¿de dónde ha salido? ¿Es su hija de verdad? ¿Quién es el padre? Desde sus corazones y entrañas (el dibujante afirma que de toda la etapa este es su episodio favorito) los autores dan respuesta a estos interrogantes integrando dicha respuesta entre los conceptos e imágenes definitorias de la amazona; encajándola de tal forma que cualquiera podría decir que siempre ha sido así.

 

Y esto es importante porque a diferencia de otros personajes de la editorial como Superman o, incluso Green Arrow o Flash, el recelo por hacer evolucionar a Diana ha sido una cuestión recurrente. Un poco lo que le ha venido pasado a Spiderman desde hace ya dos décadas, cuando los editores decidieron anular su vida en común con Mary Jane. Por cuestiones que solo sabrán en los despachos, Wonder Woman es de esos personajes a los que no se ha querido dar la oportunidad de crecer y madurar. La aparición de Liz, que se une a Jon Kent y Damian Wayne, viene a dar un profundo vuelco a esta situación, regalándonos no solo a una nueva integrante en la familia amazona, sino un montón de senderos nuevos que recorrer con Wonder Woman.

 

El primero ya lo empieza a transitar en el segundo de los capítulos incluidos en WW #8. Después de haber leído dos o tres veces el anterior (creedme, lo haréis), King y Sampere dan un firme paso adelante en el conflicto con el soberano planteando un enérgico contraataque de nuestra protagonista tras varios números aguantando estoica las embestidas del falso rey. El número es divertido como pocos, porque -reconozcámoslo- ver a Diana y las wonder girls cobrándose una venganza donde más duele es de las cosas más gustosas que vais a leer. Pero además, como decíamos, la impronta que genera la nueva dimensión maternal está presente en cada una de las acciones de la hija de Hipólita y Zeus. Para muestra, nada como la splash page con la que cierra el número. En ella vemos la expresión de una Diana cargada de fiereza y templada rabia, consciente del peso de sus prioridades, su mirada grita que no piensa tolerar a más hombres débiles.

 

Tras este número, Wonder Woman se alza más fuerte que nunca.