Que vivimos en una era dorada para las series es algo que nadie puede discutir. Que, además, la última década ha sido escenario del mayor torrente de películas y series basadas en cómics es otra verdad incuestionable. Los héroes callejeros de Marvel como Daredevil o Jessica Jones han mostrado sus miserias en plataformas digitales y lo mismo han hecho diversos grupos de DC como los Jóvenes Titanes o la Patrulla Condenada. Precisamente, si nos centramos en los personajes salidos de la editorial de Burbank nos encontramos con que Batman y su esfera han sido los inspiradores de gran parte de las producciones para la pequeña pantalla: Gotham, la actual Batwoman, los antes mencionados Jóvenes Titanes con Nightwing al frente… Y ahora nos encontramos con Pennyworth, la serie de diez capítulos que se centra en las peripecias de un joven Alfred (el mayordomo / confidente / médico / contrapunto… de Batman, para los menos entendidos) en una Inglaterra que se lame las heridas de la última de las grandes guerras. Y la pregunta que caracolea en nuestra mente desde el primer instante es: ¿una más? ¿Viene esta serie a engrosar el cada vez más inmenso grupo de producciones comiqueras en plataformas de pago? ¿O nos propone Pennyworth algo distinto?

Pues un poquito de cada.

La serie de Starzplay nos presenta a un Alfred recién llegado a Londres tras pasar diez años sirviendo al ejército. Nuestro joven protagonista, interpretado por Jack Bannon (Los Medici, The Imitation Game), trata de labrarse su propio futuro ofreciéndose como experto en seguridad junto a dos compañeros de filas cuando se verá enredado en una oscura trama de traiciones y juegos en la sombra a manos de una organización que (esto os va a sonar) quiere hacer a Inglaterra grande de nuevo.

Jack Bannon en Pennyworth

El problema es que los primeros capítulos de Pennyworth me recuerdan demasiado a Agente Carter (la serie con la que Marvel trató de dar a conocer la historia de S.H.I.E.L.D. a través de la mirada de una de sus fundadoras, pero que no logró despegar pese a lo interesante de su planteamiento) y esto, unido a la creciente montaña de cosas que parece que pueden salir mal y que poco a poco se van acumulando sobre nuestro protagonista, puede echar para atrás a algunos espectadores. Sin embargo he de romper una lanza en favor de esta serie. Y es que Pennyworth tiene algunos detalles que me dejan muy buen sabor de boca tras este primer intenso visionado de cara a poder poneros en antecedentes.

Primero de todo: tiene personajes muy interesantes. El propio Bannon interpreta a un Alfred que, a su manera, no se aleja tanto de Bruce Wayne. No en lo que al heroísmo se refiere (que también) sino en una relativa facilidad para dejar libre al animal (como él mismo lo define) que lleva dentro y por la rapidez con la que toma decisiones verdaderamente controvertidas, de las que ningún héroe luminoso podría tomar sin ver manchado su expediente. Acompaña a Alfred un plantel de personajes verdaderamente atractivo, tanto en el bando de sus aliados (exceptuando Esme [Emma Corrin] a quien, por alguna razón clara, no ha llegado a conocer nunca Batman) como sobre todo en el de sus enemigos. Queda por encima de todos, para un servidor, una inquietante y psicópata Bet Sykes interpretada con maestría por Paloma Faith, actriz y, sobre todo, cantante de soul británica que ha sido todo un descubrimiento.

Paloma Faith en Pennyworth

También es atractiva la manera en que se nos presenta la Gran Bretaña de la época, una nación deprimida y desorientada que vive un momento caótico y en la que se produce una profunda división entre las generaciones de adultos reacios a cambiar unas costumbres más que caducas y los jóvenes y su imparable sed de cambios en lo personal y en lo social. En este sentido, Pennyworth es una serie ‘muy británica’ a la que le sienta muy bien (pese a su producción americana) que el reparto tenga a tanto inglés de pura cepa.

Pennyworth viene a sumarse a la cada vez más poblada constelación de adaptaciones del cómic, pero tiene la inteligente idea de ir un poco más allá de la simple adaptación para tratar de construir unos personajes y una historia que nos digan algo más aparte de ‘Batman‘.