«No tiene tanta gracia cuando es a costa tuya, ¿verdad?«
Segunda entrega del regreso a la interesantísima etapa de Dan Slott y su Spiderman Superior en las páginas de Marevel Saga de Panini. Si en el primer número asistíamos a los primeros pasos de este nuevo personaje, resultado de la irrupción de la mente de Otto Octavius en el cuerpo de Peter Parker, en esta ocasión toca comenzar a recibir las reacciones de familiares, amigos, aliados y enemigos a la nueva realidad de este superhéroe expeditivo y poco dado al humor y a la torpeza social que tan bien caracterizaban a su predecesor.
Más aún, es este segundo tomo en el que Slott, tras certificar que su revolucionaria idea contaba con la aprobación de un público que se lanzó a comprar cómics del trepamuros, cortó la cuerda de seguridad que mantenía a Spiderman Superior unido al Peter de siempre, por si las cosas salían mal y había que recuperar al amistoso vecino una vez más. El guionista logró, cuando apenas llevaba medio año escribiendo esta cabecera, que los mandamases de Marvel le permitieran sacar completamente a Parker de la ecuación y dejar tan sólo a Otto a los mandos de un Spidey que vamos a ir notando cada vez más desbocado, menos héroe y más… lo cierto es que es complicado de definir.
«¡No me mientas! ¡Estoy en tu cabeza! ¡Lo sé! ¡Dilo!«
Y lo es porque el Spiderman de Octavius no llega a ser un villano. Pero no es ni mucho menos un héroe. Es un ‘cabronazo‘ que hace el bien mayoritariamente por el aplauso que Parker siempre rechazó, pero sus propios traumas del pasado también le llevan a realizar actos desinteresados de cuando en cuando que obligan al lector a mantenerse en un perpetuo estado de alerta, incapaz de aprobar las actitudes del personaje, pero a la vez necesitado de admirar lo bien que le salen los planes y el bien real que está logrando para la ciudad en la que vive. No se parece al Doctor Muerte: Iron Man de Brian Michael Bendis (que hacía el bien movido por la clarividencia de que el poder total que exhibió en Secret Wars no le sirvió para nada) ni es semejante al Iron Man Superior de Tom Taylor (afectado por los efectos inversores del deplorable crossover AXIS). Es, además, un personaje complejo, sobre el que el lector siempre quiere saber un poco más. Spiderman Superior es alguien que nos invita a investigar y es, sin lugar a dudas, un canto de amor por el personaje del Doctor Octopus.
Pero a mucha gente de la que se ha venido rodeando Peter desde hace tiempo también va a comenzar a escamarles este repentino cambio en los modos y maneras del Hombre Araña. Así, tendremos a Los Vengadores muy pegados a la nuca de Peter-Otto durante un par de capítulos de esta entrega y comenzaremos a ver los primeros intentos serios por destapar su verdad (por parte de la detective Carly Cooper) y por aprovecharse de su recién adquirida soberbia (por parte del Duende Verde) que quedan planteados y poco más, pero que prometen traer mucha cola en el futuro. Escribía recientemente sobre lo vacía que me estaba pareciendo la actual etapa del Doctor Extraño (de Mark Waid) y este es precisamente uno de los detalles que diferencian a una gran etapa de un tiempo para olvidar. En Spiderman Superior están ocurriendo constantemente escenas que no sirven del todo para la historia que se está contando, sino para las que ya están en la mente de su creador y que eclosionarán en un futuro más o menos cercano. Está ocurriendo lo mismo actualmente con el Iron Man de este mismo guionista, repleto de momentos que nos llevan a mirar al futuro que aún no ha llegado mientras disfrutamos de las aventuras presentes.
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