Las Quintillizas #4

Las Quintillizas #4: Veinte por ciento

Las Quintillizas #4

«Creo que es la segunda vez que lo veo dormir«

 

Volvemos una vez más a acercarnos al manga de Negi Haruba para ver cómo les van las cosas a Uesugi y a las cinco hermanas que lo tienen como profesor particular. El tomo anterior nos dejaba al borde de la clásica excursión escolar y Las Quintillizas #4 se centra en exclusiva en este viaje, dejando los estudios a un lado para centrarse en lo que más le interesa al autor: poner a los seis protagonistas en el mayor número de situaciones comprometidas posibles. Así, tendremos baños termales, sustos que exijan una mano amiga, gente sincerándose y salvamentos de última hora que permitan ir socavando la resistencia de las cinco hermanas a los ‘encantos’ del asocial protagonista de esta historia.

 

Tenemos también en este tomo la revelación de que ya una de las hermanas admita ir a por todas. No es ningún spoiler y espero que nadie sea tan ingenuo como para no esperar que esto termine pasando con las cinco (otra está al caer y el resto están ahí ahí). Y esto me ha hecho pensar en los personajes femeninos que ha reunido el mangaka y que son un compendio de los clásicos y los clichés que nos hemos ido encontrando con el paso de los años en las obras de este género (sobre todo en Love Hina, de la que este manga es una suerte de reflejo invertido). Pero mejor vayamos una por una.

 

«Creo que no debería ser cuestión de igualdad, sino de justicia«

 

La mayor, Ichika, me recuerda desde el primer número a Kitsune (Love Hina). Es el clásico personaje desinhibido y loco, aunque aquí Haruba suaviza un tanto su carácter para que pueda llegar a casar (simpático juego de palabras) con el de Uesugi. La siguiente de la lista sería Nino, más similar a personajes como Motoko (también del manga de Ken Akamatsu) o Kirino Ootori (Collage Perfecto), que poseen una personalidad fuerte y reservada y son las que ejercen de ‘oposición al héroe’ desde el principio de la trama. En tercer lugar tenemos a Miku. Lo cierto es que me ha costado un poco más ubicarla por su pasión por los generales de los ejércitos japoneses de la antigüedad, pero su carácter tímido y su falta de confianza son idénticos a los de Shinobu, aquel personaje adorable que era (curiosamente) la primera en sentir algo por el zoquete de Keitaro. La cuarta hermana sería Yotsuba (no confundir con el maravilloso manga de Kiyohiko Azuma), una chica de extraordinaria fuerza, enorme corazón y (en apariencia) pocas luces que resulta un calco de Mutsumi (aunque a mí me recuerda más a Tomoko, de la genial GTO). Cierra el reparto de las Nakano Itsuki, la menor y la primera con la que estableció contacto Uesugi. Ella es, como habréis podido adivinar, la equivalente a Naru Narusegawa (Love Hina) o a Sakurako Tenmaku (Collage Perfecto), el personaje de carácter más cercano al protagonista que más veces va a chocar con el mismo.

 

Las Quintillizas #4

Las Quintillizas #4

 

Haruba, como veis, no se ha quebrado la cabeza ni lo más mínimo a la hora de aplicar el cásting, pero sí que lo ha hecho limando los caracteres de cada una de las chicas para que ninguna sea tan límite como para salir completamente del radio de influencia del protagonista. La consecuencia de esto es que el mangaka ha logrado que en internet haya batallas campales por los partidarios de cada una de las hermanas. Y ésta es quizás la principal virtud de este manga, porque cuando leíamos otras obras de este estilo nos lo pasábamos bien con los enredos y malentendidos románticos entre los diferentes protagonistas, pero siempre sabíamos cuál era la pareja principal de la obra, algo que no está tan claro en esta ocasión y que es un perfecto gancho para mantenernos mes tras mes a la espera de un nuevo volumen de la colección que publica Norma Editorial.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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