Tras una breve introducción sobre el éxito de la película ante audiencias anglosajonas, hasta ahora las únicas que han podido disfrutar el film, se deja el camino libre a las preguntas.
Acostumbrado a películas más corales, generalmente comedias, sintió el aumento de responsabilidad sobre todo en el rodaje del día a día, aunque no afectó a su forma de trabajo. Declara que no preparó el papel basándose en drogadictos, a pesar de los notables parecidos que drogas comunes presentan con la NZT, la pastilla del film que permite acceder a todo el potencial cerebral de que disponemos. La razón, argumenta, es que al fin y al cabo la NZT no se toma como evasión o diversión, sino como una forma de intensificar el rendimiento intelectual.
Al interrogarle sobre si tomaría la NZT, y si la película ha cambiado su opinión, el actor parece pensárselo bien, y contesta con cierta dificultad: «Sí… y no«. No dice más. Es una pregunta difícil, y básicamente la cuestión que plantea la película al espectador. Un rato después, le plantean lo mismo; la contestación es que le gustaría pensar que sólo la tomaría una vez, pero es muy tentador. También dice que probablemente la usaría para lo mismo que su personaje: aprender idiomas, a tocar instrumentos en horas, y adquirir éxito social y ganancias instantáneos. Encuentra la película un retrato muy fiel de las acciones de un ser humano ante tal posibilidad, y por eso le atrajo el proyecto.
También formó parte como productor del mismo, lo que le permitía expresar opiniones libremente sin preocuparse, y confiesa que estuvo involucrado directamente en convencer a Robert de Niro para que formara parte del reparto. «Es un sueño trabajar con él. Puede parecer que un actor de esa talla te intimidará, pero fueron las semanas de rodaje más fáciles de mi vida«.
Describe a De Niro como un hombre de pocas palabras, muy profesional, y muy interesado por la comida. «Rodamos en Philadelphia, mi ciudad natal, donde son famosos los sandwiches de ternera. Así que intenté impresionarle enviándole comida, y él me correspondió mandándome una mozzarella». Siempre le preocupaba si la comida llegaría caliente.
Ante la pregunta de si en este género se sintió cómodo, el actor se encoge de hombros y afirma que se siente cómodo por igual en todos. La mayor variación, desde su punto de vista, es el guión: «En comedia siempre hay más lugar para la improvisación. Sin Limites, sin embargo, tenía un guión más cerrado que había que seguir palabra por palabra, sobre todo en las secuencias donde Eddie ha tomado NZT, en las que habla casi en verso«.
¿Y el futuro? En palabras del propio Cooper, «a dónde te lleve el trabajo«. No descarta volver a trabajar en televisión, no se ha planteado hacer dirección ni guión de momento, y le encantaría trabajar con un director español: «Los directores españoles son muy buenos, los americanos siempre intentamos atraerlos«.
Fotos: JIMÉNEZ SANTOS
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